Aprende a cómo proteger el medio ambiente y ganar en salud. Cuando educamos en la importancia de respetar la naturaleza a veces obviamos que, al hacerlo, también cuidamos de las personas. Y al revés: cuidar de nosotros también puede beneficiar al planeta.
Muchas veces hablamos de la importancia de proteger el medio ambiente sin ser plenamente conscientes de que no nos referimos únicamente a proteger la vida y el bienestar de otras especies, sino también la nuestra. La relación entre salud y medio ambiente está claramente identificada y ha llegado incluso a medirse.
La Organización Mundial de la Salud estima que el 24% de las muertes que se producen en el planeta están relacionadas con el medio ambiente, lo que supone más de 14 millones de fallecimientos por año.
El impacto del medio ambiente en nuestra salud se observa en indicadores como la pureza del aire, la calidad del agua, la radiación solar, la calidad de los alimentos que comemos, el cuidado de la naturaleza que nos rodea, etc.
Hace tiempo que los expertos nos están advirtiendo de los efectos adversos del cambio climático, como las olas de calor y de frío, las sequías y las inundaciones. Pero el cambio climático también afecta de forma indirecta a la salud, ya que puede afectar a la disponibilidad de agua o alimentos, la transmisión de determinadas enfermedades y la calidad del aire que respiramos.
La OMS calcula que la contaminación atmosférica causa unas 7 millones de muertes al año y acorta la duración de la vida. Además, está demostrado que la contaminación lleva aparejada un amplio espectro de enfermedades como el cáncer de pulmón y otras enfermedades respiratorias crónicas y cardiovasculares.
En los niños, puede suponer la reducción del crecimiento y las funciones pulmonares, infecciones respiratorias y agravamiento del asma. Y el 99% de la población mundial vive en lugares donde los niveles de contaminación exceden los límites recomendados por la OMS. Si quieres que tus estudiantes conozcan en qué situación de contaminación atmosférica se encuentra su país, podéis consultar el mapa de la OMS donde se recoge la concentración de partículas finas en suspensión.
Nuestra salud también está en riesgo por los microplásticos, residuos de tamaño minúsculo que aparecieron hace unos años en las vísceras de los peces y mariscos, aunque los científicos ya eran conscientes entonces de que los plásticos se pueden desmenuzar en pequeñas fibras que flotan por el aire que inhalamos sin que nos demos cuenta.
En el último recuento realizado por unos científicos japoneses de la Universidad de Kyushu en 2022, se estimó que existían 24,4 billones de microplásticos en la parte superior de los océanos del mundo, el equivalente a unos 30.000 millones de botellas de agua de medio litro.
Todavía no está del todo claro cuáles son los posibles efectos adversos de los plásticos en los seres humanos, pero todo apunta a que producen daños en células humanas o facilitan la aparición de reacciones alérgicas.
Al movernos en bicicleta hacemos ejercicio, pasamos un buen rato y además reducimos la contaminación atmosférica y así ayudamos a proteger el medio ambiente.
Desde el ámbito educativo, es importante concienciar de los problemas de salud que la especie humana se está encontrando por no cuidar el medio ambiente, pero también aportar alternativas que contribuyan a revertir la situación.
Además, cuidar del planeta no tiene por qué ser algo incómodo o engorroso, sino que también puede ser algo que nos beneficie directamente.
La escuela puede invitar a los estudiantes a reflexionar sobre qué pueden hacer desde casa, con el fin de crear hábitos que se mantengan más allá del centro educativo y del periodo escolar. He aquí algunas ideas:
Existen numerosos espacios donde el profesorado puede encontrar actividades que permiten comprender e interiorizar la relación entre nuestro bienestar y el del planeta. Entre los recursos de Naturaliza encontrarás varias propuestas didácticas para aprender a cómo proteger el medio ambiente y ganar en salud.
Texto: Eva Jiménez
Ilustración: Nicolás Aznárez