La carta a los Reyes que la Tierra necesita

Contaminación

La Navidad puede ser el momento perfecto para reflexionar sobre el cuidado de nuestro planeta. ¿Qué pasaría si este año escuchásemos lo que la Tierra tiene que decir?

Llega una de las épocas más emotivas del año, aunque también una de las que más gastos y estrés conlleva: las Navidades. Los compromisos familiares, las luces, los árboles y la decoración toman las calles y llenan las casas. Todo se convierte en una invitación a vivir las fiestas con fuerza, pero también es un estímulo, a veces irresistible, a gastar: comidas, cenas, aperitivos, regalos y más regalos... Para los niños es una época mágica, protagonizada por las cartas a los Reyes Magos o a Papá Noel en donde recogen deseos como juguetes o libros. Sin embargo, a veces los mayores nos equivocamos al preguntarles «¿solo quieres eso?» cuando su petición es algo sencillo y nada ostentoso. En pequeños gestos como este nuestra mirada ha de cambiar, al igual que en asuntos como la planificación de gastos (que este año parece haber mejorado), las salidas e incluso, los regalos. Nuestro entorno y el futuro del planeta bien valen el intento.

Durante la Navidad se emite un 5,5 % del dióxido de carbono (CO2) producido en todo el año, según un estudio de la Universidad de York

Gastar menos, concienciarse más

Los datos son claros: durante estos días tan señalados, se emite un 5,5 % del dióxido de carbono (CO2) producido en todo el año, según un estudio de la Universidad de York. Es mucho más que una cifra, pues supone el incremento de una crisis climática cuyas consecuencias ya son palpables en España. Verdemar-Ecologistas en Acción calcula que, durante el mes de diciembre, el número de residuos diarios aumenta un 30%, alcanzando casi las 20.000 toneladas diarias. Asimismo, en España, el gasto promedio por persona para las Navidades se sitúa aproximadamente en 745 euros, según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Esta cifra incluye unos 375 euros destinados a regalos y juguetes, 267 euros en comida, 86 euros en lotería, y el resto en ocio, decoración y otras compras. Pero ¿cuánto podríamos ahorrar si pensáramos no solo en nuestra economía, sino también en la del planeta? Nuestro entorno necesita más que nunca que se tengan en cuenta sus necesidades: la reducción en el consumo y el desperdicio alimentario son dos puntos clave sobre los que podemos incidir para hacer la diferencia en estas fiestas. Por ejemplo, el alumbrado de calles y comercios y su consiguiente contaminación lumínica, además de las luces decorativas de cada hogar, incrementan el gasto energético improductivo. Es importante recordar también que las compras en línea conllevan una mayor huella de carbono, porque supone un mayor transporte y un mayor uso de embalajes. Por eso, planificar las salidas, poner un presupuesto a las comidas fuera de casa, organizar la compra de Navidad con tiempo y estar atentos al consumo energético supondrán un cambio en nuestra nueva forma de entender las Navidades.

Es importante recordar también que las compras en línea suponen una mayor huella de carbono, porque supone un mayor transporte y un mayor uso de embalajes

La escuela, donde comienza una nueva mirada

Nuestro alumnado, en su mayoría, está concienciado con la importancia de cuidar el planeta. El cambio para que las Navidades sean especiales y sostenibles a la vez puede empezar en la escuela y transmitirse a los hogares. Las claves serán la creatividad, el reciclaje y las experiencias compartidas. Algunas ideas para disfrutar cuidando el presupuesto y el medio ambiente son:

  • Papá, mamá ¿qué sabéis hacer?

Decorar la casa con algo hecho por la familia le da otro valor al año, al momento y a la experiencia. Y prepararlo juntos puede ser uno de los mejores recuerdos de la infancia. Para ello, se pueden utilizar materiales como papel reciclado, cartón y telas viejas para hacer adornos navideños como estrellas, guirnaldas o adornos para el árbol, para la puerta o los muebles. Podemos preparar incluso velas naturales reutilizando cera de restos anteriores y decorándolas con materiales de la naturaleza como ramas de canela o piñas. Sin embargo, elaborar decoración navideña sostenible también puede ser una gran actividad para realizar en los centros escolares. No solo potenciará la imaginación y el espíritu navideño de los más jóvenes, sino que también les enseñará sobre el cuidado y la importancia del medio ambiente de manera divertida.7

  • Regalos para nuestros seres queridos (y para la Tierra)

Preparar una comida juntos para regalar o realizar pequeños presentes como peluches con calcetines desparejados o bolsitas de tela reciclada puede ayudar a crear un gran recuerdo, útil, divertido y especial porque estará hecho con cariño por alguien para alguien y no por una empresa que produce industrialmente. Además, puedes personalizar tus regalos con envoltorios sostenibles de papel de revistas, telas estilo furoshiki o con material reutilizable.

  • Una carta Navideña diferente

Escribir las cartas a Papá Noel o los Reyes es uno de los mejores momentos para los niños en estas fechas. Una propuesta que combina la magia de la tradición navideña con la importancia del cuidado ambiental es preguntarse «¿Qué pediría la Tierra si pudiera escribir su propia carta?». Esta pregunta puede abrir un mundo de posibilidades para que el alumnado analice los retos ambientales y proponga soluciones. Pueden ser cartas individuales donde cada niña y niño escriba su propia carta a los Reyes Magos o Papá Noel desde la perspectiva del planeta, con peticiones como reducir la deforestación o limitar el plástico. Se puede añadir una segunda cuestión: «¿qué voy a regalarle yo estas Navidades al planeta?». Esta actividad también puede realizarse en forma de mural colectivo donde los estudiantes crean una carta grupal que refleja las ideas escritas por todo el colegio. A este mural pueden sumarse las y los docentes, el equipo de trabajo de la escuela, otros estudiantes y familias que se inspiren. Este tipo de dinámicas no solo fomentan la reflexión, sino que también permiten a la comunidad comprender los problemas ambientales desde una perspectiva emocional y creativa. Crear un pequeño documental con los deseos de cada uno puede ser otra aventura para ellos y ellas y también un gran regalo para sus familias. Reflexionar sobre lo que el mundo necesita permite desarrollar empatía, solidaridad, crecimiento individual y comunitario y una mirada de cuidado y protección hacia el medioambiente. Son pequeños gestos que pueden marcar grandes diferencias, con una Navidad que sea sinónimo de ilusión pero también de esperanza para un planeta más sostenible.   Texto: Mariela Ruth Gómez Ponce Ilustración: Nicolás Aznárez

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