MI AULA

Tras compartir los resultados obtenidos, ahondamos en la reflexión a la que nos lleva cada ejercicio, detectando en cada caso situaciones que se acercan más o menos a la sostenibilidad (aclaramos que en este ejercicio nos estamos refiriendo sólo a la dimensión “ambiental” del concepto amplio de la sostenibilidad, ya que existen otras como la cultural, la social, la ética, la productiva y la económica).

En el primer caso, comprobamos que la recomendación para el campo de cultivo es no abonar en exceso, puesto que lo contrario tiene impactos negativos en el entorno: aumenta la cantidad de materia orgánica en los ecosistemas acuáticos de la zona (debido a la escorrentía), el agua se vuelve turbia y afecta a las especies de ese hábitat. En el segundo caso, queda claro que un pequeño gesto modificando un hábito diario, se traduce en el ahorro de una cantidad considerable en el consumo de agua. Y en el tercer caso, ponemos en valor la importancia de mantener un pequeño jardín por la biodiversidad de especies que alberga.

Las 3 situaciones son ejemplos sencillos de cómo podemos avanzar hacia la sostenibilidad ambiental a través del cuidado de los recursos naturales (el mantenimiento del ecosistema de un río; el cuidado del agua como recurso para el consumo humano; o el mantenimiento de la biodiversidad del suelo). Cerramos así el contenido ambiental Gestión sostenible de recursos naturales.