En esta sesión es importante reflexionar con el alumnado acerca de la importancia de conocer diversidad de especies para fomentar su conservación y protección. Además, es necesario dar a conocer la importancia que tienen las especies en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas.
- Importancia de la conservación de la biodiversidad para el mantenimiento de los ecosistemas.
Concepto de biodiversidad y taxonomía de las especies: En los ecosistemas naturales encontramos, por lo general, gran diversidad de especies animales y vegetales. Toda esta variedad de vida es lo que conocemos como Biodiversidad, que comprende la variedad genética de las especies, la variedad y abundancia de las especies de un ecosistema y los hábitats de un paisaje. Si observamos con detalle estos seres vivos, veremos que cada uno tiene unas características específicas y que muchos de ellos comparten similitudes. Entonces, ¿cómo encontrarles? ¿Cómo saber quiénes son?
Los científicos señalan que, en el planeta Tierra, hay más de un millón de especies distintas identificadas pero aún quedan muchas más por descubrir. Para estudiarlas, tenemos que agruparlas pero, ¿qué características debemos escoger? ¿Cómo las agrupamos? ¿Cuántos grupos creamos? ¿Qué características deben tener los grupos?
Para ayudarnos, está la Taxonomía, que es la ciencia que se encarga de estructurar y organizar en grupos a los seres vivos. Cada grupo de organización es lo que se conoce como Taxón. La taxonomía nos permite descubrir, nombrar y clasificar organismos, no por su utilidad sino por sus relaciones filogenéticas (relaciones de parentesco entre las especies) y sus distribuciones geográficas.
En el siglo XVIII, Carlos Linneo propuso una clasificación de los seres vivos, basándose en el estudio de la morfología de las especies. Esta clasificación es la llamada “Sistema binomial”, publicada en su obra “Systema naturae” (1738). En esta nomenclatura binomial, una especie es designada con dos palabras latinizadas y escritas en cursiva o subrayadas: el nombre científico. En él, la primera palabra corresponde al Género y su letra inicial debe escribirse con mayúscula. La segunda palabra, es el epíteto específico y su letra inicial se escribe en minúscula. El Género es siempre un sustantivo y el epíteto es un adjetivo, que debe coincidir en género y número con el sustantivo. Este epíteto suele hacer referencia a algún aspecto morfológico de la especie, a su ubicación, hábitat, etc.
Algunos ejemplos de epítetos y especies que los contienen son:
Epítetos | Nombre científico | Nombre común |
Striata: estriado | Corallorhiza estriata | Orquídea estriada terrestre |
Pulchra: preciosa | Dalea pulchra | Planta herbácea preciosa |
Undulatus: ondulado | Anisolepis undulatus | Camaleón estriado, ondulado |
Homo: hombre | Homo sapiens | Hombre/Mujer |
Pardus: pardo | Panthera pardus | Leopardo |
Auratus: dorado | Anolis auratus | Iguana dorada |
Aureus: dorado | Staphylococcus aureus | Estafilococos |
Silvestris: silvestre | Felis silvestris | Gato montés |
Hispanica: de España | Platanus hispánica | Plátano de sombra de España |
Familiaris: familiar | Canis familiaris | Perro |
Domestica: doméstica | Musca domestica | Mosca doméstica |
Alba: blanco | Tito alba | Lechuza |
Quercus alba | Roble blanco | |
Terrestris: de tierra | Lombricus terrestris | Lombriz de tierra |
Officinalis: de farmacia | Verbena officinalis | Lavanda |
Como hemos visto, la taxonomía nos permite poner un nombre a las especies, de manera que, cuando hablamos de ellas, ya sabemos de quién estamos hablando, qué características tienen, su parentesco con otras especies, hábitat, etc. Y esto, a la vez que permite conocerlas mejor, también nos ofrece la oportunidad de protegerlas. En efecto, hoy en día, el estudio y la investigación de las especies nos permiten tener datos de su estado de amenaza. Así, por ejemplo, la Lista Roja de Especies Amenazadas de UICN es un inventario mundial que permite conocer el estado de la biodiversidad mundial, de manera que podamos tomar las mejores estrategias para conservarla.
- Funciones de las especies en los ecosistemas
Como hemos visto, el término biodiversidad ha evolucionado hasta nuestros días, adquiriendo dimensiones mucho más amplias y complejas, contemplando no sólo elementos, sino también las relaciones y procesos que se dan entre ellos y el entorno, e incluyendo la «la variabilidad de organismos vivos de todas las clases, incluida la diversidad dentro de las especies, entre las especies y de los ecosistemas» (Convenio de Diversidad Biológica).
Además de su valor intrínseco, la biodiversidad es esencial para garantizar el bienestar humano, ya que nuestra vida depende de los procesos ecológicos fundamentales que se dan gracias a ella y de los servicios que nos presta. Así, por ejemplo, la biodiversidad permite la autorregulación de los ecosistemas, generándoles estabilidad y favoreciendo su resiliencia, nos proporcionan alimentos, aire limpio, agua potable, etc. Pero, para seguir brindando estos servicios, los ecosistemas necesitan seguir manteniendo su complejidad y diversidad. Conservar la biodiversidad es, por tanto, conservar los ecosistemas y mantenerlos en equilibrio.
Las especies animales y vegetales cumplen funciones, a veces específicas y a veces compartidas, que permiten mantener los ecosistemas en equilibrio. Por tanto, cuidar de la diversidad de vida que alberga cada hábitat, cada ecosistema, permite el mantenimiento de la vida en todo el planeta.
Para llevar a cabo la actividad 2.2 hemos realizado unas fichas que nos sirven de guía para explicar la importancia de cada una de las especies. Estas fichas contienen la imagen de cada especie animal o vegetal, su nombre común, su nombre científico, sus funciones en el ecosistema y su alimentación. Con ellas, además, podemos ver, de manera global, cómo todas y cada una de las especies son importantes para mantener el equilibrio ecológico de los ecosistemas. Todas forman parte de las redes tróficas y de los diferentes ciclos biogeoquímicos, de manera que, si eliminamos una de ellas, alteramos la dinámica natural o el equilibrio del ecosistema en el que habitan.
Según la Teoría de Sistemas de la Ecología, el ecosistema es mucho más que la suma de sus elementos ya que incluye también las relaciones que se dan entre ellos. Por lo tanto, el hecho de eliminar uno de los elementos que cumplen una determinada función supondría no sólo la pérdida de esa función sino también la pérdida de esas relaciones, desestabilizando el resto de elementos y el resto de relaciones, afectando al equilibrio del ecosistema.
Así, por ejemplo, eliminar las lombrices de tierra supone, entre otros, perder aireación del suelo y ello repercute en la fertilidad del mismo. Un suelo que no es fértil, afecta también a los productores. Y, sin plantas, los herbívoros no pueden crecer y desarrollarse. Sin estos últimos, los carnívoros carecen de alimento y así, la red se rompe y el equilibrio del ecosistema se altera.
Otras especies, como los osos, son importantes para mantener los ecosistemas. Son especies que suelen necesitar vastas extensiones de superficie. Por ello, conservar su hábitat permite, a su vez, conservar y proteger a otras especies, animales y vegetales, con las que comparte su hábitat.
La conservación de la biodiversidad es fundamental para el mantenimiento de la vida en el planeta, y ésta se concibe, no sólo a nivel de especie, sino también a nivel de población, de comunidad o ecosistema y a nivel funcional. Es decir, las especies desempeñan funciones distintas en la naturaleza, por lo tanto es importante asegurar la conservación de todas ellas para garantizar que se cumplen todas las funciones. La pérdida de biodiversidad puede tener consecuencias devastadoras sobre el ecosistema.