Fase de impacto y motivación
ANTES DE INICIAR
En esta actividad presentamos al alumnado un árbol, la Encina, y a su amigo Petirrojo, un pájaro. Ambos tienen una relación de amistad. Encina está enferma y Petirrojo quiere ayudarle a curarse. Para ello, Petirrojo busca la colaboración del alumnado y le implica en el proceso de aprendizaje proponiéndole averiguar qué le puede estar pasando a Encina para poder sanarse. Como resultado de la ayuda mutua entre los seres vivos que forman parte del proyecto (árbol, pájaro y seres humanos), Encina va mejorando su estado de salud. Planteamos la elaboración de un producto final: un manual de uso para la salud ambiental. De este modo Encina y otros árboles no volverán a enfermar y despertaremos la reflexión en el alumnado sobre la importancia del mantenimiento de la vida y la presencia de los árboles, para generar salud y bienestar al resto de los seres vivos, y al planeta en general.
Encina vive en un terreno ajardinado en los alrededores de un núcleo urbano y lleva un tiempo en el que se encuentra débil, falta de energía y enferma. No sabe muy bien la causa de su malestar, pero cada día que pasa, percibe en su tronco, ramas y hojas que empeora. A Encina le visita con frecuencia Petirrojo, con el que entabla amistad y que se preocupa por ella. Quiere cuidarla, y no verla triste y decaída, porque sabe que su bienestar es muy importante.
Para el desarrollo de esta sesión necesitamos organizar al alumnado en parejas de trabajo fijas para la elaboración del manual a lo largo del proyecto (que se van a mantener cada vez que las sesiones se dinamicen en parejas de trabajo). Por otro lado, las agrupaciones del alumnado pueden variar en función de los objetivos de aprendizaje, como sucede en esta misma sesión donde el alumnado también va a trabajar en tríos.
INICIO
Visualizamos en la pizarra digital la presentación de Encina y Petirrojo (descomprime la carpeta .zip en tu equipo informático y haz doble clic sobre el archivo .html), quienes se presentan al alumnado. Petirrojo explica los motivos de su visita al aula y visualizamos un vídeo sobre la respiración de la Tierra.
Petirrojo (P): Hola Encina, ¿cómo estás?, ¿cómo te encuentras hoy? Te veo todavía alicaída… bueno, que tú no tienes alas no puedes estar alicaída, jajaja… pero sí cansada o triste.
Encina (E): Hola Petirrojo, siempre me haces reír con tus chistes pero hoy no estoy muy animada, llevo un tiempo ya así, alicaída como dices tú, y no entiendo por qué me encuentro tan angustiada…
(P): Vaya, no me gusta verte así, me hace sentir triste a mí también, y me gustaría poder ayudarte… Voy a averiguar qué te puede estar pasando, aunque imagino que tiene que ver con tus funciones vitales. Voy a acercarme volando a los alrededores de la zona para preguntar a quién encuentre. Espero tener suerte y dar con alguien que sepa qué puede estar ocurriendo…
(E): Gracias Petirrojo, aquí te estaré esperando deseosa de tenerte de vuelta, que me haces mucha compañía. ¡Suerte!
(P): Hola, ¿qué tal? Supongo que os resulta extraño que no me asuste y salga volando. Nunca había estado tan cerca de vosotras, las personas… pero tengo que ser valiente y preguntaros, ya que hay una amiga que está enferma y necesito ayudarla. Mi amiga es una Encina, un árbol robusto y muy bonito pero que parece estar marchitándose y apagándose por momentos. He pensado que quizá vosotros y vosotras podríais ayudarme a averiguar qué le ocurre… Estoy especialmente preocupado porque sé que todos los que estamos aquí, y otros seres vivos que no tenemos aquí presentes, necesitamos a los árboles para vivir. Aunque supongo que esto lo sabíais, ¿no? ¿Por qué creéis que los animales y las personas necesitamos a los árboles para vivir?
(P): Bueno, puede que lo tengáis claro… Los árboles son una pieza clave para nuestro organismo y nuestras funciones vitales, pero también para nuestro planeta Tierra, que también tiene sus funciones vitales porque está vivo… Sí, sí, vivo… os lo voy a demostrar.
DURANTE
Organizamos al alumnado en parejas de trabajo, y les dejamos un tiempo para que respondan a la pregunta de Petirrojo. En primer lugar, indicamos a las parejas qué persona es la que comienza a hablar, mientras que la otra debe escuchar activamente. Esta elección la realizamos de forma aleatoria con alguna consigna. Una vez que hable una persona hacemos el mismo procedimiento pero a la inversa. Después de que ambas personas hayan expresado sus ideas, realizamos una puesta en común. Elegimos al azar algunas parejas y les preguntamos por lo que ha contestado su compañero/a. El objetivo es que sean capaces de transmitir la idea de otra persona y no la suya propia. Recogemos por escrito en la pizarra las ideas que vayan saliendo para, a continuación, poder contrastarlas con lo que nos cuenta Petirrojo. Para esta parte de la tarea organizaremos al alumnado en tríos de trabajo que verán la presentación de Encina y Petirrojo.
(P): Bueno, como no todas las personas lo tenéis claro, os voy a proponer un ejercicio para que acabéis de conocer las funciones vitales con la ayuda de vuestros compañeros y compañeras. Seguro que si lo realizáis entre tres personas os resultará muy sencillo. Sólo tenéis que estar muy atentos y atentas al vídeo que vamos a ver para luego completar un esquema muy sencillo con las ideas principales. ¿Estáis todos y todas preparados? ¡Ánimo!
En esta ocasión Petirrojo nos muestra un vídeo de las funciones vitales.
A continuación, repartimos a cada trío la ficha “Funciones vitales”. En este primer momento pedimos a los tríos de trabajo que completen el esquema de las funciones vitales escribiendo las palabras claves que correspondan y que han extraído del visionado del vídeo.
Para realizar la actividad, damos una consigna para indicar qué persona del trío elegida al azar comienza. Esta persona inicia el esquema eligiendo qué palabra clave quiere escribir y en qué parte de la ficha. En primer lugar, el alumno o alumna que empieza comparte la idea con sus compañeros y compañeras y, si están de acuerdo y les parece correcto, escribe la palabra clave. A continuación, le corresponde el turno al siguiente alumno o alumna (en el sentido de las agujas del reloj), que llevará a cabo el mismo proceso, y así sucesivamente hasta completar el esquema.
Una vez acabado el esquema, asignamos un tiempo al alumnado y sorteamos al azar qué persona del trío tiene el turno de palabra. A cada alumno o alumna le corresponde explicar con sus propias palabras en qué consiste una de las funciones. Sorteamos las tres funciones a repartir de forma aleatoria entre los integrantes del trío. Cuando empiece el primer alumno o alumna a explicar su función, los compañeros y compañeras del trío escuchan activamente y pueden complementar o corregir la explicación, si lo consideran necesario, una vez haya terminado de hablar el compañero o compañera. El objetivo es que cualquiera de las tres personas sea capaz de explicar las tres funciones.
Acabado el tiempo asignado para la tarea, preguntamos aleatoriamente a una persona de la clase, que cuente una de las tres funciones a partir de las palabras clave colocadas en el esquema (a ser posible, que cuente la función vital que no le haya explicado a sus compañeros y compañeras del trío, sino otra diferente). Hacemos lo mismo con las otras dos funciones vitales.
CIERRE
Finalizada la comprobación del trabajo realizado por el alumnado, volvemos a la presentación de Petirrojo y Encina para el cierre de la sesión.
(P): Muy bien, veo que he acertado al venir a buscaros porque sabéis muchas cosas… la verdad es que debemos maravillarnos ante lo que somos. Tanto vosotras las personas como nosotros los animales, y todos los seres vivos, tenemos una compleja estructura biológica gracias a la que realizamos infinidad de funciones todos los días. La mayoría de los procesos que ocurren en nuestros cuerpos tienen lugar de manera automática e inconsciente, y varían en función de la edad, el peso, el ritmo que llevamos y las actividades que desarrollamos. Para que os hagáis una idea del funcionamiento de vuestro cuerpo:
– En un día los humanos tenéis en torno a ¡sesenta mil pensamientos!
– Los músculos de los ojos se os mueven ¡unas cien mil veces!
– Vuestros riñones filtran ciento ochenta litros de sangre
– ¡El corazón os late alrededor de cien mil veces!
– Respiráis una media de… ¡veintiséis mil veces!
– ¡Y todo esto en un solo día!
Y al igual que ocurre en la Tierra, que es un organismo vivo, todos estos procesos están conectados entre sí. Unos influyen en otros y existe una gran interdependencia entre nuestras funciones vitales y las del planeta. Voy a volver a ver a Encina para contarle el buen fichaje que he hecho al encontraros y la necesidad que todos y todas tenemos de que se recupere para el mantenimiento de la vida. ¡Volveremos a vernos pronto!
Palos depresores con el nombre de cada alumno y alumna de la clase