Todos recordamos las fiestas de fin de curso de nuestra infancia: un boletín de notas, música, abrazos entre amigos, risas, agradecimientos a los profes por su paciencia… y todo un verano que disfrutar por delante. Este año, ese tímido «gracias» a los maestros se convierte en un aplauso que resuena en cada casa y cada escuela del país.