Una sensación de nerviosismo empieza a recorrer la clase. Mentalmente empieza la cuenta atrás, faltan minutos, después segundos. Es la emoción previa al recreo, a salir al patio para correr y saltar. Lo mismo sucede antes de ir de excursión. Y es que estos momentos fuera del aula en los que tienen lugar los juegos infantiles al aire libre no solo son esenciales para el aprendizaje del alumnado, sino también para fortalecer la conexión entre compañeros y con la naturaleza.