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Georgina Mace: la ecóloga que protegió a 400.000 especies

Georgina Mace

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, celebrado el 8 de marzo, descubrimos a nuestro alumnado la labor de una científica que no solo rompió barreras, sino que contribuyó con su trabajo a la conservación de la biodiversidad: la ecologista inglesa Georgina Mace.

Hay un lugar en el mundo donde (sobre)viven los animales al borde de la extinción. Algunos lo llaman el jardín de los animales rotos porque el Bioparque La Reserva, a una hora de Bogotá, tan solo está habitado por las especies silvestres a punto de desaparecer que un día fueron rescatadas del tráfico ilegal. No es el primero, pero tampoco será el último: muchos países dan cobijo en este tipo de ecosistemas artificiales, como mínimo, a una de las más de 40.000 especies catalogadas en la Lista Roja de Las Especies Amenazadas que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Desde guepardos y rinocerontes hasta escorpiones o corales, esta lista, toda una referencia en el mundo científico, se encarga de informar de cada ser vivo amenazado. Y todo gracias a una sola mujer: la ecologista Georgina Mace.

Nacida en Londres, Mace se dedicó durante 23 años de su vida profesional a estudiar la biodiversidad y biología de la conservación. Desde el primer día que asistió a su clase de zoología en la Universidad de Sussex tuvo claro su camino. Tal como declaró en una entrevista, «el ser humano depende de la biodiversidad para el alimento y el agua que nos nutre, para regular el clima y protegernos de todo tipo de riesgos». ¿Creéis que hoy hacemos lo suficiente para evitar la pérdida de la biodiversidad?

Georgina Mace fue la responsable de desarrollar la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza

A ojos de la que más tarde acabaría dirigiendo la Sociedad Zoológica de Londres, la supervivencia de los ecosistemas también era nuestra supervivencia, algo que la comunidad científica sigue defendiendo a día de hoy. En 1964 desarrolló el listado de animales, hongos y vegetales más amplio a nivel mundial y en 1991, junto al biólogo Russell Lande, propuso a la UICN un sistema de evaluación capaz de estudiar el riesgo de extinción de todas las especies por igual con criterios más realistas.

Durante meses, Mace se reunió con decenas de científicos para asegurarse de que todos entendían unas medidas que, a fin de cuentas, se construían sobre la mera probabilidad. ¿Cómo de posible era que una especie desapareciera? Poco a poco, la lista se fue engrosando hasta convertirse en lo que es hoy: una poderosa herramienta para conocer la salud de la biodiversidad global. Actualmente, la lista incluye hasta nueve categorías para clasificar a las especies de forma más precisa: «no evaluado», «datos insuficientes», «preocupación menor», «casi amenazado», «vulnerable», «en peligro», «en peligro crítico», «extinto en estado silvestre» y «extinto».

Este documento es una poderosa herramienta que ahora nos permite conocer el estado de salud de la biodiversidad a nivel mundial

Pero Mace también contribuyó a crear el concepto de capital natural, que invita a reconocer la naturaleza no solo como pura belleza, sino también como una fuente esencial para mantener al ser humano y todas las economías del mundo. Así, la inglesa rompió barreras tanto en la ecología como a ojos de la sociedad: se convirtió en la primera mujer presidenta de la Sociedad Ecológica Británica, además de asumir otros cargos directivos en importantes instituciones, como el Centro para la Investigación de la Biodiversidad en la University College of London, la Sociedad para la Biología de la Conversación y el Comité de Cambio Climático.

Incluso en la última de sus entrevistas realizadas en vida para un medio español se afanó en hacernos comprender lo importante que es proteger a las especies que nos rodean: «Estoy orgullosa de que la lista sirva como una medida del estatus de la biodiversidad, pero es solo una herramienta: necesitamos mucho más. Necesitamos “resetear” nuestra relación con la naturaleza para asegurar un futuro mejor para los humanos y para el resto de la vida en la Tierra».

Si quieres descubrir con tu alumnado cómo reconectarnos con la naturaleza y profundizar en las relaciones entre seres vivos y la importancia de conservar la biodiversidad, te recomendamos que busques un entorno natural cerca del centro y desarrolles la clase fuera del aula ‘El escarabajo pelotero’

Texto: Cristina Suárez