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Europa y biodiversidad, cuéntales la Estrategia 2030 a tus alumnos

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La emergencia climática es uno de los grandes desafíos de nuestra generación: en los últimos 50 años hemos perdido el 68% de la diversidad de vida de la Tierra. Por suerte, la Unión Europea nos marca el rumbo para cambiar este patrón con su Estrategia sobre Biodiversidad 2030. ¿Y si la aplicamos en el aula?

«Hacer que la naturaleza vuelva a estar sana es clave para asegurar nuestro bienestar físico y mental. Además, es el mejor aliado para luchar contra el cambio climático y brotes de diferentes enfermedades». Con estas palabras de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, presentaba la Estrategia sobre Biodiversidad 2030 con la que la UE quiere reivindicar la necesidad de proteger la diversidad ecológica símbolo de identidad del Green Deal europeo y la reconstrucción económica. El informe Planeta Vivo de WWF, publicado este de mes de septiembre, hace patente la necesidad de una hoja de ruta como la propuesta por la Unión: después de haber destruido el 67% de la biodiversidad en los últimos cincuenta años, no cabe duda de un planeta sano es condición sine qua non para construir una sociedad más fuerte, saludable y resiliente.

 

La biodiversidad es esencial para la vida: nuestro planeta y nuestra economía dependen de ella

Además de filtrar el aire y el agua o ayudar a mantener el equilibrio del clima, los servicios de los ecosistemas son múltiples y, muchas veces, ni siquiera somos conscientes de su trabajo. Podemos dividirlos en tres categorías: servicios de abastecimiento (agua, energía, alimentos), regulación (polinización, depuración de agua, control de enfermedades) y servicios culturales (turismo, ocio, educación).

Conocer los beneficios que nos ofrecen es imprescindible para ser conscientes del grado en que nuestro bienestar y nuestra vida depende de la naturaleza. Por eso, destruir los ecosistemas de forma directa o indirecta – deforestación, contaminación de los océanos, degradación de los suelos o prácticas de agricultura y ganadería poco sostenibles– hace que aumente nuestra vulnerabilidad frente a la exposición a distintos patógenos y provoque, como hemos visto en los últimos años, crisis medioambientales, sanitarias, sociales o financieras. Es más, según la Comisión Europea, la mitad del PIB mundial –alrededor de 40 billones de euros– depende de la naturaleza.

Urge restaurar los hábitats como los bosques, suelos, humedales y entornos marinos para recuperar la biodiversidad mundial. Necesitamos un planeta sano que nos ayude a mitigar las consecuencias de los desajustes que estamos causando en los ecosistemas. En este contexto, la estrategia desarrollada por la Comisión Europea –después de que el Parlamento lo solicitó a principios de año– apuesta, como parte esencial del Pacto Verde, por la reparación de los ecosistemas como pilar fundamental de la recuperación frente a la crisis climática, sanitaria y económica.

En los últimos 50 años hemos perdido el 68% de la diversidad de vida de la Tierra

La importancia de la educación en la biodiversidad

En esta reconciliación con la naturaleza, las escuelas juegan un papel fundamental: cuanto antes se interiorice el respeto y cuidado por el medioambiente, más rápido habrá una transformación social. Pero ¿cómo podemos hacer que los más pequeños sean conscientes de la importancia de la biodiversidad? enseñarles a cuidar la naturaleza en las salidas al aire libre, enseñar a consumir de forma responsable, no generar basuraleza, respetar la flora y la fauna… Fomentando una conciencia ambiental, inculcando conocimiento ecológico y promoviendo actitudes y valores pro ambientales.

En los últimos cuarenta años, según la propia UE, la población mundial de especies silvestres se ha reducido un 60% y  más de un millón están en peligro de extinción –datos que se alinean con los ofrecidos en el último informe de la oenegé ecologista WWF–. Sin embargo, muchas veces nos perdemos en las cifras y no somos capaces de ver la realidad. Para evitarlo, podemos aprovechar los recursos naturales que nos ofrece nuestro país para que los más pequeños creen un vínculo vital con la naturaleza que les rodea: España es el país europeo con mayor superficie protegida –138.000 kilómetros cuadrados– y casi un 30% de ella está integrada en la red Natura 2000, una red europea  áreas de conservación de la biodiversidad. Hablar a los alumnos sobre la existencia de esta iniciativa y su importancia para la conservación del medioambiente es otra manera de implicarles para que continúen su legado.

La Estrategia sobre Biodiversidad 2030 apuesta por una recuperación a través de la reparación de los ecosistemas

Nuestra relación con la naturaleza, como asegura el informe Planeta Vivo, «está rota». Más allá de la pérdida de especies animales y vegetales, el ser humano ha modificado el 75% de la superficie terrestre libre de hielo. Por eso la Estrategia sobre Biodiversidad 2030 es tan importante, y aplicarla al aula no se trata de nada más (ni nada menos) que de interiorizar valores y fomentar hábitos que nos lleven a desarrollar, sin esfuerzo, un estilo de vida respetuoso con el medioambiente. Si estos valores se inculcan en una edad temprana, nunca abandonará al individuo. Y las escuelas son el mejor entorno para comenzar este apasionante viaje al centro de nuestro planeta.

Texto: Carmen Gómez-Cotta