Este 25 de septiembre, la Agenda 2030 cumple cinco años. Hace un lustro nacieron los conocidos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con la misión de dar continuidad a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y coordinar el trabajo de todos los países para crear un futuro mejor. De los 17 objetivos, hay uno que podríamos considerar transversal a todo y que es de vital importancia: el número 4, dedicado a la educación de calidad.
«Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos», reza este en la declaración firmada en Naciones Unidas en 2015. Pero ¿estábamos cerca de cumplirlo, incluso antes de una pandemia que ha impactado directamente en los sistemas educativos alrededor del mundo?
En la última década, los países y oenegés hicieron un gran esfuerzo colectivo para ampliar el acceso a la educación y las tasas de matriculación en todos los niveles, según la ONU. Sin embargo, según la Unesco, sin tener en cuenta la pandemia, cerca de 250 millones de niños y niñas están fuera del sistema educativo. Además, desde Naciones Unidas recuerdan un dato un tanto escalofriante: «Más de la mitad de todos los niños y adolescentes de todo el mundo no están alcanzando los estándares mínimos de competencia en lectura y matemáticas». Y eso, antes de que el coronavirus pusiese a los países patas arriba.