Seguro que conoces los premios Nobel, los Putlizer, los Óscar, los Grammy y los Príncipe de Asturias. ¿Pero sabías que también hay unos premios destinados a las personas que protegen el Medioambiente? Son los Premios Goldman.
Los Premios Goldman fueron fundados por Richard y Rhoda Goldman, un matrimonio de filántropos estadounidenses. Ambos establecieron el Premio Ambiental Goldman en San Francisco, California, en 1990. La fundación de Goldman, que a veces se conoce como el «Nobel Verde» reconoce la labor de aquellas personas que realizan un esfuerzo continuado y significativo para proteger y mejorar el medioambiente.
Las personas reconocidas por estos premios no son políticos o personas reconocidas y famosas, sino personas comunes que realizar esta labor de protección del medioambiente y que se convierten en líderes de una comunidad fomentado su participación para lograr un cambio positivo hacia la responsabilidad ambiental.
El objetivo de este premio, al reconocer a estas personas individuales, es inspirar a otras para que sigan este ejemplo y lleven a cabo acciones para proteger el medioambiente.
El Premio Goldman reconoce la labor de estos héroes ambientales en 6 categorías distintas en función de la zona geográfica: África, Asia, Europa, Las Naciones Insulares, América del Norte, América Central y América del Sur.
Este premio reconoce la labor realizada en temas como la justicia ambiental, los derechos de las comunidades indígenas, la protección de los recursos ambientales, la biodiversidad, y la salud ambiental, entre otros.
Los ‘Nobel Verde’ reconocen la labor de las personas que protegen y mejoran el medioambiente
Normalmente, los ganadores de los premios son:
Líderes no conocidos que promueven campañas a nivel local, regional o nacional.
Líderes que inspiran a otras personas que promueven acciones de protección del medioambiente o a la sociedad.
Líderes que son respetados por sus compañeros y entre su comunidad.
Personas o activistas medioambientales que han realizado su trabajo poniendo en peligro su vida.
Personas cuya labor podría cambiar significativamente si se lo otorgase el premio.
¿Cómo se otorgan estos premios?
El Premio Goldman es decidido por un jurado internacional, conformado por un grupo de instituciones que trabajan en temas relacionados con el medioambiente en todas las partes del mundo y un grupo de 150 expertos, que pertenece a 70 países distintos.
Hasta este momento, el Premio Goldman se ha otorgado a 194 personas de 89 países distintos, poniendo de relevancia algunos de los problemas ambientales más importantes del planeta.
Los ganadores de los Premios Goldman de cada año se anuncian en abril para coincidir con el Día de la Tierra. Los ganadores realizan entrevistas con medios de comunicación, reuniones informativas, mantienen reuniones con líderes políticos y ambientales para sensibilizar sobre el tema en el que trabajan y conseguir apoyos para continuar con su labor.
A los premiados se les galardona con una escultura de bronce llamada Ouroboros, se trata de una representación de una serpiente que se muerde la cola, que es un símbolo del poder de la renovación de la naturaleza. Un símbolo común a muchas culturas.
¿Cuál es el origen de estos premios?
El Premio Ambiental Goldman nació como consecuencia del compromiso de la pareja Goldman con la protección del medioambiente y su intención de poder reconocer a las personas comunes que realizaban acciones y actividades desde su entorno para poder mejorar el medioambiente.
En el año 1951, Richard y Rhoda fundaron el Goldman Fund (Fundación medioambiental Goldman) , una fundación filantrópica que hizo una donación de unos quinientos millones de dólares a distintas organizaciones sin fines de lucro que perseguían mejorar el mundo.
La primera ceremonia de este premio se celebró en abril de 1990.
¿Quiénes han sido los ganadores de los Premios Goldman en 2019?
En el año 2019 se ha reconocido la labor de 6 personas en su compromiso con la protección del medioambiente:
Alberto Curamil (Chile). Ha conseguido unir a la comunidad mapuche de la región de la Araucanía para evitar la construcción de dos proyectos hidroeléctricos en el río sagrado Cautín, lo que hubiera dañado el ecosistema, hubiera permitido desviar cantidades enormes de agua y agravar más la sequía de este territorio. Debido a su labor, fue detenido por la policía chilena en agosto de 2018 y desde entonces se encuentra detenido.
Bayarjargal Agvaantseren (Mongolia). Ha ayudado a crear una reserva natural para proteger al leopardo de las nieves en el sur del desierto de Gobi, y también ha convencido al gobierno mongol para que no se utilizase la explotación minera dentro de la reserva.
Alfred Brownell (Liberia). Ha detenido la tala de los bosques tropicales de Liberia para la plantación de palma aceitera, lo que significa que ha protegido uno de los espacios de biodiversidad más importantes del mundo. Ha tenido que exiliarse a Estados Unidos para proteger su seguridad.
Ana Colovic Lesoska (Macedonia del Norte). Durante 7 años ha dirigido una campaña para suspender una financiación internacional con la que se iban a construir dos centrales hidroeléctricas dentro del Parque Nacional Mavrovo. Estas construcciones hubieran acabado con el hábitat del lince balcánico, que está en peligro de extinción.
Jacqueline Evans (Islas Cook). Durante 5 años ha liderado una campaña para proteger la biodiversidad marina de las Islas Cook, por lo que se han promovido 9 leyes para conservar este espacio oceánico y declarar espacios protegidos las áreas marinas alrededor de las 15 islas que forman parte de las Islas Cook.
Linda Garcia (Estados Unidos). Organizó a los ciudadanos locales de Vancouver, Washington, para detener la construcción de una terminal de exportación petrolera.
En España contamos con un Premio Goldman. Pedro Arrojo, profesor de la Universidad de Zaragoza, recibió el Premio Goldman en el año 2003. Es considerado como uno de los más destacados impulsores de la llamada Nueva Cultura del Agua.
Pedro Arrojo lideró una campaña para impedir que el Plan Hidrológico Nacional construyera presas y trasvases en los últimos ríos de flujo libre que quedaban. En su lugar, impulsó un activismo destinado a promover un sistema sostenible de la gestión del agua basado en la conservación, el reciclaje y nuevas medidas más eficientes para la agricultura.
Su labor se centró en proteger el delta del Ebro, permitiendo continuar con el cultivo de arroz y la preservación de mejillones y diferentes especies a lo largo de todo el río. Si las presas se hubieran construido, muchos pueblos hubieran desaparecido y se hubieran destruido estos cultivos y este ecosistema, así como se hubiera dañado el humedal del delta del Ebro, que resulta fundamental para muchas aves migratorias y es uno de los pocos que quedan en Europa.
