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Alimentos sostenibles: Lo de mi tierra, lo mejor para el medio ambiente

impacto ambiental de los alimentos

Sin abrir debates sobre qué cocido es el más rico del país o cómo debe cocinarse un buen arroz, lo cierto es que lo más sostenible, la mayoría de las veces es lo que tenemos más cerca. En este artículo explicamos por qué y animamos a los docentes a organizar excursiones educativas que ayuden a conectar con la producción local.

En un mundo donde los alimentos viajan miles de kilómetros antes de llegar a nuestros platos, es esencial pensar en el impacto de lo que comemos en el medio ambiente: escoger una manzana u otra en el supermercado puede suponer una diferencia de toneladas de emisiones. Afortunadamente, si bien hubo una época en la que, cuánto más exótico era lo que comíamos, más se disfrutaba; hoy son cada vez más los ciudadanos –e incluso reconocidos chefs– que encuentran en los productos de cercanía no solo un sabor incomparable, sino también una forma de conectar con el entorno y vivir la cultura local.

El impacto ambiental de los alimentos

¿Prefieres una tortilla de patatas a un salmón salvaje de Alaska? No solo se trata de preferencias culinarias, sino también de la distancia que esos alimentos recorren hasta llegar a nosotros. Cuanto más lejos viaja un producto, como el salmón desde Alaska, más contribuye al consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero. El transporte involucra camiones, aviones y barcos que emiten gases contaminantes, afectando al medio ambiente y al clima global. Y, en ocasiones, aunque estos alimentos puedan tener un precio más asequible, resultan especialmente caros para el planeta.
En cambio, los alimentos locales viajan distancias mucho más cortas, lo que se traduce en menos emisiones de carbono y una menor huella ambiental. Además, los productos locales suelen requerir menos embalaje y procesamiento, reduciendo así la producción de residuos. En este sentido, la Unión Europea insta a una alimentación más saludable y sostenible a través de una estrategia denominada De la Granja a la Mesa, que resalta la importancia de «producir alimentos sostenibles, saludables y respetuosos con los animales para alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo».

Alimentos Sostenibles y prácticas agrícolas locales

Elegir alimentos locales favorece, generalmente, prácticas agrícolas más sostenibles y ayuda a impulsar económica y socialmente a las comunidades rurales que dependen de la venta de estos productos. Además, el arraigo de la agricultura en el campo y la rotación de cultivos realizada de forma adecuada previene la erosión del suelo, mantiene la fertilidad e incluso puede ayudar a evitar la expansión de potenciales incendios. Con esto, algunos agricultores de la España rural utilizan técnicas tradicionales o de agricultura regenerativa que promueven el cuidado del entorno, evitan el uso excesivo de productos químicos o preservan saberes que forman parte inmaterial y esencial de nuestra cultura.

El transporte de alimentos involucra camiones, aviones y barcos que emiten gases contaminantes

La importancia de los alimentos sostenibles y los productos de temporada y regionales

Otra ventaja de consumir alimentos locales es disfrutar de productos frescos y de temporada: generalmente, aquello que florece cerca se corresponde con los ciclos naturales y biológicos de la estación en cuestión. Ahora, con el comienzo de la primavera, no sorprenderá ver fresas, ciruelas, guisantes o pimientos –y qué mejor que el comienzo del buen tiempo para organizar una excursión educativa para comprobarlo en primera persona–. Pero cada estación (y cada región) cuenta con sus propias delicias: como la calabaza en el otoño gallego, las mandarinas valencianas en invierno, los espárragos en la primavera navarra o la sandía de Almería en verano.
En España, la diversidad regional permite disfrutar de platos emblemáticos en cada estación. En Andalucía, por ejemplo, el gazpacho es el plato que reina en verano. Elaborado con ingredientes locales, como tomates, pepinos y aceite de oliva es fresco, es un plato muy nutritivo y repleto de ingredientes locales de temporada. En Cataluña no puede pasar una primavera sin celebrar al menos una calçotada, todo un evento social tradicional en el que los calçots, acompañados de salsa romesco, son los protagonistas.

Quizás nuestro plato más emblemático, sostenible y fácil de hacer con ingredientes locales en cualquier parte del país, es la tortilla de patatas: un plato básico y muy querido que consiste en huevos batidos con patatas –y cebolla en muchas ocasiones– cocidos lentamente en aceite de oliva. Pero las opciones son ilimitadas, pues los productos locales, si bien nos permiten hacer recetas tradicionales, también pueden emplearse para experimentar y descubrir nuevos y deliciosos platos.

Elegir alimentos locales favorece prácticas agrícolas más sostenibles e impulsan económica y socialmente a las comunidades rurales

Excursiones educativas: conectar el paladar con lo local

Para crear conciencia sobre la importancia de los alimentos locales, una de las mejores fórmulas son las actividades medioambientales,  es ver, oler y sentir tanto los propios alimentos como todos los procesos que los rodean, además de escuchar las historias y el conocimiento de quienes miman el campo y la cultura tradicional o regenerativa. Así, las excursiones educativas a granjas locales o cultivos agrícolas respetuosos con el entorno se convierten en grandes aliadas para conocer qué tenemos cerca y cuáles son las recetas más sostenibles que podemos realizar con los productos locales.
Estas experiencias permiten a los estudiantes conocer de cerca los procesos agrícolas y ganaderos, destacando la relación entre la tierra y la mesa. Además, incluso podemos animar al alumnado a que explore en casa sus propias recetas, lo que puede estimular su creatividad, su paladar y su compromiso ambiental.

Texto: Mariela Ruth Gómez Ponce
Ilustración: Nicolás Aznárez