¿Qué es el desperdicio alimentario?
Es evidente que los seres humanos, igual que necesitamos aire para respirar, no podríamos sobrevivir sin alimentos. Por eso, no importa la época, el lugar o la cultura; la comida siempre es (o debería ser) uno de los bienes más preciados. Sin embargo, en las sociedades actuales de los países ricos la comida es algo que se derrocha constantemente. Es lo que conocemos como «desperdicio de alimentos». Aunque sucede de forma desigual y diferente dependiendo de dónde nos encontremos, se trata de un problema que ocurre en todo el mundo y afecta a muchas áreas de nuestra vida, desde el entorno ambiental hasta el bienestar social. Para entenderlo bien, es importante saber cómo y por qué sucede. Aunque a veces no lo notemos, tirar comida es algo que pasa en todas partes: desde las granjas hasta nuestras casas. Saber más sobre este tema nos ayudará a nosotros y al alumnado a tomar decisiones que cuiden del planeta y beneficien a todos y, en especial, a quienes más lo necesitan.
Definición y contexto global
El desperdicio alimentario es toda la comida que se tira pero que podría haberse comido si se hubiera gestionado bien. Por ejemplo, cuando olvidamos una fruta en la nevera hasta que se pone mala o cuando compramos más de lo que necesitamos y acaba en la basura. Según la FAO, un tercio de los alimentos que se producen en el mundo cada año, unos 1.300 millones de toneladas, se pierden o se desperdician.
A nivel mundial, las tasas más altas de desperdicio se sitúan en el 40–50% para tubérculos (patatas, remolacha…), frutas y hortalizas; 35% para el pescado; 30% para cereales y 20% para semillas oleaginosas, carne y productos lácteos.
En los países ricos, la mayor parte del desperdicio ocurre en los supermercados, restaurantes y hogares, mientras que en los países en desarrollo el problema suele estar en la producción y el transporte, debido a la falta de tecnología o almacenamiento adecuado.
Diferencia entre desperdicio y pérdida de alimentos
No es lo mismo «desperdicio» que «pérdida» de alimentos. La pérdida ocurre en las primeras etapas de la producción, como en la cosecha, cuando los alimentos no se recogen a tiempo o se dañan durante el transporte. El desperdicio, en cambio, sucede en los supermercados, restaurantes y hogares. Por ejemplo, cuando un supermercado tira productos por estar cerca de la fecha de caducidad o cuando al cocinar se descartan las sobras de la comida. Ambos problemas afectan al planeta, pero necesitan soluciones diferentes.
Causas principales del desperdicio alimentario
Centrándonos en el desperdicio alimentario, podemos destacar las siguientes causas:
- Mala planificación en casa: Muchas veces compramos más de lo que necesitamos. Normalmente, sucede por no hacer una lista de la compra exhaustiva antes de ir a la tienda o por no planear las comidas de la semana. Esto hace que acabemos tirando comida que no llegamos a consumir.
- Exigencias estéticas: A veces, frutas y verduras con manchas o formas raras son rechazadas en los supermercados, aunque estén perfectas para ser consumidas.
- Exceso de inventarios: Supermercados y restaurantes compran más productos de los que pueden vender. Cuando los alimentos no se venden a tiempo, terminan en la basura.
- Procesos industriales ineficientes: En las fábricas de alimentos se tiran productos porque no cumplen con estándares de tamaño, forma o empaquetado, aunque sean seguros para el consumo.
- Mal almacenamiento: Si los alimentos no se guardan correctamente, pueden echarse a perder antes de tiempo. Esto pasa tanto en las casas como en los almacenes.
- Desconocimiento sobre las etiquetas: Muchas personas no entienden la diferencia entre «consumo preferente» y «fecha de caducidad». Por eso, tiran alimentos que aún se pueden comer.