Olivia Mandle (España), Alejandro Quecedo (España), Greta Thunberg (Suecia), Luisa Neubauer (Alemania), Xiye Bastida (mexicana-otomí), Francisco Javier Vera (Colombia), Nicole Becker (Argentina), Noemí Manrique Rojas (Chile)… Son solo algunos de los nombres que suenan con voz propia en el panorama global del activismo medioambiental con lemas como #FridaysForFuture, #OurVoiceOurFuture, #ecoesperanza, #TheFutureIsYours o #ForOurPlanet.
Estos adolescentes han liderado ideas y valores que pareciera que muchos adultos dan por perdidos: terminar con la contaminación, situar el clima en lo más alto de la agenda política mundial, limpiar el planeta, crear nuevos hábitos de consumo o buscar nuevos combustibles. Todo ello enfrentándose, en muchas ocasiones a grandes poderes que niegan la necesidad de actuar o prefieren preservar el statu quo.
Y es que los más jóvenes han demostrado, sobre todo en los últimos años, una capacidad excepcional para movilizar masas y generar conciencia sobre la urgencia del cambio climático. Su influencia ha sido evidente en movimientos globales como Fridays for Future (viernes por el futuro), iniciado por la activista sueca Greta Thunberg. Movimientos que han conseguido presionar a los gobiernos y a corporaciones para tomar medidas más contundentes para combatir el cambio climático.
Activismo con acento español
Olivia Mandle es una joven activista por la limpieza del mar (16 años) que a su corta edad es Embajadora del Pacto Climático de la Comisión Europea y La España Azul. Con sólo 12 años, incorporó a su vida la importancia del mar en el ecosistema y del impacto de los plásticos: «nuestra realidad frente al cambio climático es cruda y sencilla: estamos al borde del abismo. Hay tiempo, pero cada vez queda menos», advierte en una entrevista para Forbes. Mientras otros niños de su edad iban al acuario para conocer el mar, Mandle diseñaba una herramienta para limpiar los plásticos de la superficie del océano: es el Jelly Cleaners, un sencillo pero eficaz utensilio realizado con botellas de plástico y un filtro. Esta joven realiza convocatorias masivas para liberar el mar de residuos y, en la última, sacaron más de 700 kilos de basura en sólo una hora. Por acciones como éstas, recibió la distinción de «Heroína» por parte del Instituto Jane Goodall.