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Carnavales sostenibles y conectados con la naturaleza

carnavales sostenibles

Al pensar en un disfraz para estas fechas, el primer impulso es el de acudir a una gran superficie. Sin embargo, crear nuestra propia vestimenta con materiales reciclados o naturales contribuye a reducir un consumo innecesario y, también, a desarrollar la creatividad. Aquí ofrecemos algunas ideas para ponerse manos al traje.

Llega febrero y, con él, el mes del carnaval, una de las fiestas más divertidas y esperadas por los niños y niñas –y, también, por muchos adultos–. Son días de fiesta y alegría que se convierten en el mejor momento para imitar a los personajes favoritos de películas, dibujos animados o cómics: duendes, hadas, superhéroes y superheroínas, dragones, animales o piratas. Unas fiestas mágicas en las que las calles se convierten en un desfile de color y movimiento.

El origen de este encuentro lúdico se sitúa hace 5.000 años, con la población sumeria, aunque se popularizó en el Imperio Romano. En estos días de celebración se permitían todo tipo de excesos y eran frecuentes las máscaras y otras vestimentas para ocultar la identidad y preservar el anonimato. Con la propagación de la religión cristiana, esta fiesta pagana se evangelizó, aunque a día de hoy, y tras siglos de evolución de la tradición, se considera una fiesta recreativa y laica.

Algunas celebraciones sostenibles y conectadas con la naturaleza

Sin embargo, al igual que ocurre con otras fiestas populares, el carnaval no es uno sino muchos. Mundialmente conocidos son el Carnaval de Venecia o el de Río de Janeiro. En España, los Carnavales de las Islas Canarias probablemente sean de los más conocidos, coloridos y sorprendentes. Sin embargo, en este artículo nos centraremos en los Carnavales de algunas regiones que conservan ritos casi ancestrales, la mayoría de ellos, estrechamente vinculados con la naturaleza. Vamos a repasar algunas de las celebraciones más interesantes:

  • Entroido gallego: de arraigada tradición, esta festividad ha sobrevivido en las zonas rurales de Galicia: cada una con su propio entroido, y cada entroido con sus propios personajes característicos. Destacan los “peliqueiros” de Laza, los “cigarróns” de Verín o las pantallasde Xinzo de Limia. Las máscaras, en las que se representan generalmente animales o paisajes naturales, tienen mucho protagonismo. Pero también la gastronomía, que permite conectar con las raíces y la naturaleza de esa mágica tierra. Guerras de harina, peleas de tierra o batallas de trapos manchados de barro no faltan en su programa de actividades.
  • Mascaradas de Castilla y León: estos carnavales ancestrales hacen aparecer a personajes a caballo entre lo animal y lo humano como los “cucurrumachos” de Navalosa (Ávila) o los “jurrus” de Alija del Infantado (León). La tradición cuenta que marcaban el ritmo de las estaciones y los ciclos de vida de animales y plantas.
  • Suelta de la Mussona, en Águilas (Murcia): en esta localidad murciana, uno de los momentos álgidos del carnaval es la suelta de la Mussona, una figura también mitad humana y mitad animal, que asusta a mayores y pequeños mientras estos tratan de hacerle enfadar. Sin duda, se trata de una celebración de marcada mitología que, al igual que la anterior, viene a mostrar la simbiosis entre los mundos humano y animal.

Las Mascaradas de Castilla y León hacen aparecer a personajes a caballo entre lo animal y lo humano

Reutilizar para confeccionar un disfraz personalizado

Estas fiestas no solo llenan de magia las calles de cientos de pueblos y muestran una forma de celebrar ligada a la tierra, sino que nos enseñan que hay cientos y cientos de formas de disfrazarse sin necesidad de acudir a un traje prefabricado. La rapidez y las muchas actividades que copan el día a día llevan a optar por la solución fácil: acudir a una gran superficie y comprar la vestimenta elegida. Pero, ¿realmente es necesario comprar algo que, probablemente, solo se utilice para una sola vez y luego quede relegado al fondo del armario? Optar por crear un disfraz único y original no solo dará alas a la creatividad del alumnado y motivará su entusiasmo por los carnavales, sino que, además, será mucho más sostenible y respetuoso con el entorno. Aquí damos algunas ideas para elaborar disfraces en casa o la escuela:

Se pueden emplear hojas, palos, piedras o tierra para disfrazarse de seres fantásticos

  • Elementos naturales: Si queremos recoger el espíritu ancestral de los carnavales, la mejor opción es recurrir a elementos naturales para inventar a nuestros personajes. Se pueden emplear hojas, palos, piedras o tierra para disfrazarse de seres mitológicos o animales fantásticos.
  • Cajas de cartón: Si a los elementos naturales sumamos cartones en desuso, no solo podremos afinar y mejorar nuestros personajes, sino que también estaremos ayudando al planeta al reutilizar materiales. Con un poco de pintura y tijeras se pueden crear desde divertidos disfraces de robot hasta camiones de bombero y muchos disfraces de animales. También son ideales para máscaras, alas y coronas. Incluso, si añadimos hojas o palos a un poco de cartulina azul y verde, es posible convertirse en el mismo planeta Tierra.
  • Envases y bolsas de plástico o briks: elementos muy útiles y versátiles. Al igual que el cartón, si ampliamos sus vidas antes de que llegue al contenedor, estaremos cuidando el medio ambiente. Una simple bolsa de basura negra y trozos de cartulina amarilla pueden convertirnos en una abeja. Además, los tapones pueden convertirse en botones, y las botellas y otros envases pueden ser sombreros, máscaras… Los límites solo los pone la imaginación.

En definitiva, la creatividad es la indiscutible reina de los carnavales. Experimentar mezclando y reutilizando materiales es una de las mejores formas no solo de dar alas a la imaginación del alumnado, sino también de demostrar las infinitas posibilidades que los objetos nos ofrecen, más allá de aquellas para las que fueron concebidas. Una forma de entender la celebración que, ya desde tiempos ancestrales, destapa la alegría en cualquier comunidad.

Texto: Esmeralda R. Vaquero
Ilustración: Nicolás Aznárez