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Cómo alargar la vida útil de la ropa que nos queda pequeña

alargar la vida útil de la ropa

Se acerca el invierno y vuelve uno de los grandes retos del armario: ¿qué hacemos con la ropa que se ha quedado pequeña? Ofrecemos algunas alternativas para renovar el armario de forma económica y con mínimo impacto ambiental aprendiendo a alargar la vida útil de la ropa.

Una de las industrias más contaminantes de nuestro sistema productivo es la industria de la moda. Según concluyen diversos estudios, el sector consume más de 79 billones de litros de agua al año –siendo uno de los que tiene una mayor huella hídrica– y produce más de 92 millones de toneladas de residuos. También, cada año, cuando vuelve el frío, los niños y niñas de Primaria afrontan el mismo reto: las mangas se quedan cortas, los tobillos asoman o las chaquetas no cierran. Es decir, la problemática de que la ropa se queda pequeña. Quizás algunas personas recurren a la rápida –pero cara y poco sostenible– solución de tirar la ropa que no sirve y aprovechar el Black Friday para renovar el armario con nuevas prendas.

Pero, ¿qué puede hacer el alumnado –y sus familiares– para actualizar su ropa sin contribuir a la degradación ambiental ni dejarse el bolsillo en el intento? Descubre en este artículo la importancia de alargar la útil vida de la ropa de diferentes maneras, en lugar de convertirla en residuos textiles.

Lo cierto es que resulta complicado encontrar formas sostenibles de consumir ropa cuando los cuerpos de los niños y niñas crecen tan rápido y sus necesidades son tan diversas debido a las múltiples actividades motrices que desarrollan. El impacto ambiental de la moda rápida es un desafío que preocupa a muchas familias pero, a su vez, las opciones de moda «sostenible» suelen tener un coste más elevado. Sin embargo, existen muchas alternativas sostenibles –probablemente, más que muchas de las prendas que lo anuncian en sus etiquetas– a un coste muy reducido que pueden ayudarnos alargando la vida útil de la ropa. A continuación, algunos ejemplos prácticos.

Cómo alargar la vida útil de la ropa

Donación y reutilización: ayudando a otros, ayudando al planeta.

La ropa de los niños y niñas cambia a menudo y no se puede usar por más de algunos meses. Su rápido crecimiento hace que necesitemos cambiar las prendas a menudo. Una buena forma de alargar la vida útil de la ropa es reutilizarla y pasarla entre diferentes generaciones de hermanos, primos o conocidos como podemos hacer con el material escolar. Esta actividad –arraigada en muchas familias españolas– no solamente contribuye a reducir la producción de ropa, sino que también enseña a compartir y reducir el consumismo en edades tempranas. Sin embargo, quizás algunas prendas no puedan ser utilizadas por otros pequeños conocidos. En estos casos, una de las mejores ideas puede ser donarla a organizaciones benéficas para que otras familias, especialmente las vulnerables, puedan beneficiarse de la ropa. Otra buena iniciativa en los centros educativos sería el impulso de ferias y mercadillos de intercambio entre familias.

La industria de la moda consume más de 79 billones de litros de agua al año y produce más de 92 millones de toneladas de residuos

Reciclar ropa: una alternativa sostenible

Muchas familias aún siguen la máxima de tirar la ropa que queda pequeña a sus hijos e hijas. Especialmente, cuando ya no se encuentra en las mejores condiciones. Pero que una prenda ya no cumpla su función no significa que no sea útil para otro propósito: tirar la ropa a la basura es siempre la peor solución para el bolsillo y para la naturaleza.

En cambio, un consumo responsable pasa por aprender qué se puede hacer con los materiales de la ropa que no se puede reutilizar y buscar nuevos usos a partir de actividades deliberativas entre los alumnos, dando así un nuevo uso a lo que una vez sirvió para vestirse. Entre algunas ideas, pueden hacerse trapos para la casa o para el aula; pueden, con la ayuda de un adulto, recomponerse distintas piezas para elaborar una nueva con la que, por ejemplo, preparar un disfraz; o incluso se pueden hacer muñecos de tela. Las posibilidades sólo limitan con la imaginación.

Una buena iniciativa en los centros educativos es el impulso de ferias y mercadillos de intercambio de prendas entre familias

Hacia un consumo responsable en la moda

Muchas veces, los niños y niñas reciben mucha ropa, pero no toda es necesaria. Impulsar desde edades tempranas un uso responsable de la moda es importante. Por ejemplo, transmitirles que no son necesarias tantas prendas o que siempre pueden comprar artículos eco conscientes puede ser una buena forma de empezar. No formar parte de iniciativas como el Black Friday o concienciar en el aula sobre su impacto es también una actividad recomendable.

Otro de los aspectos más importantes –y que muchos padres recordarán de los suyos– es aprender el valor de la ropa: si el alumnado comprende la importancia de cada prenda, la cuidarán con más cariño y durará más tiempo. La ropa también es una excusa excepcional para inculcar el valor de la reparación. Tal como hacían nuestros padres o abuelos, los parches, coderas o rodilleras pueden alargar la vida útil de la ropa, además de permitir una personalización que hará de cada prenda una pieza única.

Y es que la vestimenta, si bien es uno de los bienes que mejor encarna la el consumo desmedido, es también una de las puertas más directas a la construcción de una nueva relación circular con los objetos que nos rodean: no solo envuelve nuestro cuerpo, sino que también es una de las mejores herramientas para mostrar al mundo quienes somos y cómo es el mundo que queremos.

Texto: Ariadna Romans

Ilustración: Nicolás Aznárez