¿Cómo enseñar a cómo funciona el ecosistema y generar conciencia ecológica de una forma eficaz y entretenida? En nuestro artículo, destacamos siete juegos de mesa para aprender sobre la naturaleza que además son aptos para todas las edades.
El juego es una de las formas más directas de aprendizaje en las primeras etapas de la vida. Por ello, cuando hablamos de cuidar el medio ambiente y concienciar sobre los efectos del cambio climático –relatos que, de por sí, no son sencillos de explicar–, jugar fomentando la conexión con la naturaleza se convierte en una herramienta fantástica. Ya sea para reforzar la materia en el aula o para que el alumnado se divierta aprendiendo, con estas propuestas buscamos que un día de lluvia no signifique un día sin juego.
7 Juegos de mesa para aprender sobre la naturaleza
1. El juego de la oca del medio ambiente
Una forma muy fácil de empezar a familiarizar el tema del medio ambiente y la naturaleza a los más jóvenes es hacerlo mediante un juego que ya conozcan. Por ello, el juego de la oca es ideal para empezar. La variación principal respecto a la versión tradicional es el hecho de que incluye casillas que representan acciones sostenibles como el reciclaje, el ahorro de energía o plantar árboles, y los jugadores que caen en tales casillas ganan puntos. Se puede jugar a través de la web o, siguiendo la filosofía DIY (hazlo tú mismo), en un tablero físico creado por el alumnado. Una actividad que puede reforzar el propio aprendizaje ambiental empleando cartulinas recicladas, láminas de madera en desuso o utilizando hojas caídas u otros elementos naturales para decorar las casillas.
2. El efecto dominó
Este juego de mesa busca explicar las consecuencias de la acción humana en el medio ambiente y la naturaleza. La partida empieza con diferentes fichas que representan actividades humanas, que los jugadores deben colocar en el tablero. A medida que se va colocando se puede ver cómo afecta a los animales, las plantas y la contaminación global. El objetivo es llegar a la meta sin que el tablero se llene de contaminación.
3. EverGreen
El juego es una simulación de lo que significa hacer habitable un espacio, en concreto, un nuevo planeta que se ha descubierto. Pero será elección de los jugadores pensar y escoger de qué forma quieren habitarlo y con qué elementos llenar los espacios del planeta. Los árboles, arbustos y lagos proporcionan agua y oxígeno, mientras que, dado que este planeta también gira alrededor del Sol, necesitan estar en contacto con este. Con este juego los alumnos aprenderán sobre la necesidad de balance entre las diferentes especies y elementos de un ecosistema, adquiriendo conciencia de la conexión que existe entre todas las especies y elementos de un conjunto natural. Se puede jugar en dos o más equipos para fomentar la cooperación y discusión sobre qué hacer entre el alumnado.
4. La carrera por la descarbonización
El concepto de reducir las emisiones de efecto invernadero puede resultar confuso para muchos. Este juego busca justamente facilitar la comprensión de lo que significa «descarbonizar» mediante este divertido ejercicio en el que, en formato de carrera, el alumnado debe escoger la forma de transporte para llegar primero a la meta con la menor cantidad de emisiones posibles.
5. ¡Salva el océano!
El mar es otro de los lugares recónditos para el ojo infantil en los que se puede jugar con su curiosidad y creatividad mientras se aprende sobre el medio ambiente y la naturaleza marina. Mediante el tablero que ilustra el fondo del mar y 50 cartas que simbolizan los residuos y peligros contaminantes para los animales y plantas acuíferas, los jugadores deben buscar lo más rápido posible las cuatro imágenes que les han tocado. Esta forma divertida y rápida de aprender y jugar les ayudará a sensibilizarse la importancia de no abandonar residuos en entornos naturales y que se conviertan en basuraleza, así como en la necesidad de reciclar sus restos cotidianos.
6. Los Guardawatts
El Institut Català de l’Energia (Generalitat de Catalunya) ha impulsado una serie de desafíos para que los más pequeños adquieran buenos hábitos de consumo energético mediante el aprendizaje de algunos de los conceptos más básicos sobre el consumo de energía. Así, el juego plantea una situación ficticia en la que una familia se va de casa con muchos aparatos electrónicos encendidos y los alumnos buscarán la forma de localizar de dónde viene el gasto de energía y cómo se puede ahorrar.
7. Expedición Amazonas
Una de las formas en las que los alumnos disfrutan más con el juego es descubriendo lugares exóticos que se pueden presentar en forma de cuento. Con este juego, orientado a niños y niñas de entre 6 y 14 años, los alumnos deberán colaborar para proteger a la región de los indios Yanomamis, que habitan en la selva del Amazonas. Para ello, tendrán que poner en práctica los valores de defensa y protección de los ecosistemas naturales para conseguir salvar a sus especies amenazadas.
¿Te han gustado estos juegos de mesa para aprender sobre la naturaleza?
El juego es una herramienta muy importante para el desarrollo de habilidades cognitivas, de facultades como la empatía o la conciencia y para enseñar nuevos conocimientos a niños y niñas. Sin embargo, no hay que olvidar que un juego necesita ser divertido, adaptado a su edad y nivel académico y que se mantenga dinámico en todo su recorrido. Además, si jugamos en el aula, es importante dedicar algunos minutos después del juego para hablar con el alumnado y valorar lo que han aprendido, qué piensan de los nuevos contenidos y, de esta forma, iniciar una conversación que sirva para fijar los conocimientos y asentar en su conciencia el valor de la naturaleza.
Texto: Ariadna Romans
Ilustración: Nicolás Aznárez