Llega septiembre y con él regresan los trayectos mañaneros para llegar al colegio, los encuentros con antiguos y nuevos alumnos y, en definitiva, la rutina de trabajo. Pero también, con la llegada del Día Internacional de la Alfabetización el 8 de este mes, es un momento extraordinario para reflexionar sobre la importancia de retomar cada año las clases. La educación de calidad no solo es un derecho reconocido en la carta de Derechos Humanos, sino que también es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Pero ¿cómo podemos contribuir desde el aula a avanzar hacia una educación mejor y más sostenible?
Desde el ámbito local, cada curso escolar trae sus propios desafíos en pro de seguir mejorando la forma de educar. Este año los docentes tendréis que enfrentaros a nuevos retos vinculados con las novedades de la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE) y, como es habitual, a otras derivadas fruto del contexto social y escolar actual. Como telón de fondo, encontramos también el desafío transversal de la digitalización: aprovechar sus oportunidades de mejora del aprendizaje mientras se enseña al alumnado a mantener una relación equilibrada y crítica con la tecnología, tanto dentro como fuera del aula. Es decir, absorber el potencial de la tecnología digital, pero sin perder de vista que es una herramienta y no un fin.
Día Internacional de la Alfabetización
1. Nuevos contenidos: los valores cívicos y éticos y el desarrollo sostenible
En este Día Internacional de la Alfabetización, recordamos que aprender no significa simplemente adquirir conocimientos sobre asignaturas específicas. También se trata de cultivar valores éticos y cívicos como el desarrollo sostenible para educar a ciudadanos responsables y conscientes de su rol tanto individual como colectivo en la protección de la Tierra y sus sociedades. Justamente, la LOMLOE recoge los ODS como parte integral de una educación de calidad y los docentes jugáis un papel fundamental para crear estos nuevos contenidos y trasladarlos a vuestro alumnado.
La incorporación de valores como la igualdad, la solidaridad y el respeto por la diversidad en el aula ya supone una poderosa herramienta para avanzar en este sentido. Con esto, también sería interesante animarles a debatir sobre cómo las acciones locales pueden tener un impacto global, y así fomentar un sentido de responsabilidad por el bien común. Asimismo, vuestro alumnado podría reflexionar sobre las prácticas que podrían utilizar en sus barrios para reducir el desperdicio y contribuir a la sostenibilidad.