UHA. Has hecho de la divulgación científica tu principal actividad. Como experta en comunicación y desde tu propia experiencia, ¿qué herramientas crees que pueden utilizar los docentes para transmitir a sus alumnos el amor por la fauna?

Siento un gran respeto y admiración por toda la comunidad educativa. Tienen un trabajo de enorme responsabilidad y siento que no se les reconoce como merecen. Seguro que harían más si tuvieran los recursos suficientes.

No conozco cómo funcionan todas las escuelas, pero me encantan las que funcionan por proyectos donde un tema se trata de forma transversal, desde todas las perspectivas o asignaturas. En el centro al que van mis hijos, la naturaleza es un tema frecuente y es increíble ver cómo aprenden de forma más fácil e integradora.

UHA. El próximo 11 de febrero es el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. A la hora de impulsar a las más pequeñas a romper barreras, son fundamentales los referentes: familiares, profesoras, científicas, divulgadoras… ¿Cuáles fueron tus referentes femeninos en el campo de la biología y de la ciencia?

La verdad es que muy pocas. Cuando yo estudiaba las científicas que salían en los libros de la escuela me quedaban demasiado lejos. Y en los medios… Eran invisibles.

Sí conocía el trabajo de las trimates, como se las llamó a Jane Goodall, Dian Fossey y Biruté Galdikas por su trabajo revolucionario en la primatología. Y el de Sylvia Earle en oceanografía. Quizás ellas han sido lo más parecido a referentes femeninas que he tenido en las disciplinas que a mí me gustaban

Por suerte, la situación ha mejorado y las niñas de hoy pueden encontrar más referentes en todos los campos. Es importante visibilizar el trabajo de las científicas porque no se puede soñar con algo que no sabes que existe.

UHA. Cada vez estamos más concienciados sobre el maltrato animal, así como el peligro de extinción de numerosas especies y su repercusión para el conjunto del planeta. ¿Cómo inculcar a los más pequeños lo importante que es cuidar de los animales para el para el presente y el futuro del planeta?

Siempre digo que no se trata de amar mucho a los animales, sino de amarlos bien. Los niños ya sienten un amor innato hacia los animales, lo único que debemos procurar es que ese amor sea sano. Del mismo modo que los educamos en torno a unos valores de respeto y empatía hacia las personas, lo podemos extender hacia el resto de especies. ¡Pero eso implica conocer a los animales de verdad! Aprender cómo son sin humanizarlos, entender que la vida de la fauna salvaje está conectada con la nuestra y de qué modo lo hace… Y si podemos ver a esos animales en vivo en su hábitat natural o participar en actividades relacionadas con su cuidado y conservación… ¡Sería fabuloso! Se crea un vínculo inquebrantable. Y nadie daña aquello que ama, ¿verdad?

UHA. ¿Qué proyectos crees que podrían introducirse en las escuelas para concienciar un poquito más a los alumnos?

Pues ojalá se pudieran hacer más excursiones y experiencias fuera del centro escolar. ¡O que las experiencias entren en el centro!

Y por soñar y pedir… Que se les preguntara a los niños por sus intereses e inquietudes, que fuera un trabajo en equipo el diseño de esas experiencias, y que sientan que son escuchados y que sus intereses son importantes para todos, también para los adultos.

Texto: Marina Pinilla