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Olivia Mandle, la (joven) voz del océano

olivia mandle

Tan solo tiene 15 años, pero Olivia Mandle, activista medioambiental, es un ejemplo claro del papel clave que están jugando las generaciones más jóvenes (y más informadas) en la lucha contra el cambio climático.

Reconocida como ‘mini-heroína’ por el Instituto Jane Goodall y su programa educativo ‘Raíces y Brotes’, Olivia Mandle forma parte del Grupo de Embajadores del Pacto Europeo por el Clima de la Comisión Europea y de la España azul, junto al explorador Nacho Dean. Todo porque un día decidió luchar y la liberación de los delfines en cautividad y por la limpieza de los océanos. ¿Cómo lo hizo?

Con la jelly cleaner, un sencillo instrumento fabricado con un par de medias viejas y unas botellas de plástico. No obstante, este pequeño utensilio responde a uno de los mayores desafíos en la actualidad: la limpieza de los océanos.  Basta con arrastrarla por la superficie de los mares para recoger algunos microplásticos.

Olivia Mandle ha recorrido las costas españolas con su invento. «No es una obra de ingeniería, pero funciona y deja en evidencia que el mar se está llenando de plástico. Cuando la gente me ve con él y me pregunta qué es, puedo explicarle lo que está ocurriendo en el mar y así darnos cuenta de que hay algo que estamos haciendo mal», explicaba recientemente en una entrevista.

Esta curiosa herramienta es solo una parte –la más pequeña– de todo lo que la joven barcelonesa está haciendo por el cuidado de los océanos. Algunos han decidido rebautizarla como la Greta Thunberg española y, aunque las comparaciones no tienen sentido en una lucha colectiva como lo es la medioambiental, el apodo guarda cierta semejanza con la activista sueca: actitud y determinación, un discurso atrevido y un mensaje ampliado que alcanza las mesas de discusión de organismos internacionales.

Mandle es un fiel reflejo de esas nuevas generaciones que quieren poner techo a la crisis ambiental y llamar la atención de gobiernos e instituciones

Reconocida como Mini Heroína por el prestigioso Instituto Jane Goodall a través del programa ‘Raíces y Brotes’, y embajadora por partida doble del Pacto Europeo por el Clima de la Comisión Europea y de la España Azul, el proyecto liderado por el explorador Nacho Dean, Mandle es un fiel reflejo de esas nuevas generaciones que, mucho más informadas sobre el cambio climático, quieren poner techo a la crisis ambiental y llamar la atención de gobiernos e instituciones.

Dice que baila con el agua cada vez que bucea y que le gusta imaginar a los delfines haciendo lo mismo. En libertad. Fueron estos animales, precisamente, los que animaron a Mandle a embarcarse en la defensa de los océanos en 2018, cuando decidió pedir firmas a través de la plataforma Change.org para trasladar los tres últimos delfines que quedaban en el zoo de Barcelona a un santuario marino. Acabaron en cautiverio en Atenas, y la frustración llevó a Mandle a un cometido mucho mayor: lanzar su campaña No es país para delfines y escribir semanalmente cartas certificadas a Sergio Antonio García Torres, director general de Derechos de los Animales del Gobierno de España. Gracias a una nueva recogida de firmas consiguió reunirse con él y presentar al Senado una propuesta para hacer efectivo el cierre de los delfinarios en España, que acoge 11 de los 30 que hay en Europa. 

Entre sus sueños destaca abrir el primer santuario marino de España en la Costa Brava

La ambición de Mandle a la hora de garantizar la protección de la biodiversidad la llevó igualmente a participar en la audiencia pública de la Ley de Protección Animal, aprobada por el Consejo de Ministros el pasado agosto.  «Es fundamental que los jóvenes sintamos que tenemos un papel importante en este planeta maltratado que hemos heredado. Me gustaría que la balanza cambiara y que ‘los raros’ fueran aquellos que pasan de todo», confesaba en otra entrevista. «Hay que escuchar a la ciencia y a los jóvenes, porque tenemos mucho que decir, porque este ya es nuestro presente y sin duda un futuro muy cercano». Su voz, concretamente, ya ha llegado a oídos de personalidades de la talla de Jane Goodall, que se suma a la lista de ídolos de Mandle junto a la bióloga marina Sylvia Earle y el divulgador naturalista David Attenborough.

Del mar quiere hacer también su profesión: bióloga marina. Y entre sus sueños destaca abrir el primer santuario marino de España en la Costa Brava, Save Us All (SUA), un lugar desde el que trabajar por la defensa de la biodiversidad –y, por ende, del medio ambiente– y concienciar al resto del mundo sobre el impacto que nuestras actividades generan sobre el medio marino, fundamental para preservar la salud del planeta. ¿Cómo? Lo dejó muy claro en la última charla que dio a través de la conocida plataforma Tedx Talks: «La educación, como bien dijo Nelson Mandela, es el arma más poderosa que se puede utilizar para cambiar el mundo».

Texto: Cristina Suárez