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Así colabora la ciencia con la sostenibilidad

la ciencia con la sostenibilidad

La química, la física, las matemáticas, la biología… Las ciencias básicas son aquellas que se llevan a cabo con el fin de incrementar el conocimiento de los principios fundamentales de la naturaleza (o la realidad del mundo que nos rodea). Este año, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo (10 de noviembre) se centra en el papel que juegan a la hora de salvar el planeta. Repasamos de qué manera contribuyen al desarrollo sostenible.

En un mundo tan complejo y único como el nuestro siempre hemos recurrido –al menos siempre que hemos podido– a la comunidad científica para explicar y predecir los fenómenos sociales, artificiales y naturales de todo lo observable, en muchas ocasiones sin ni siquiera buscarlo: los primeros humanos descubrieron por pura serendipia el fuego y consiguieron sobrevivir al frío, mientras que Wilhelm Conrad creó la técnica de los rayos X cuando realizaba experimentos con electrones en tubos de vacío, cambiando la historia de la medicina por completo.

En la actualidad, gracias a la investigación, conocemos a esta compañera de vida mejor que nunca. Nos sigue dando sorpresas, pero nos resulta tan familiar que recurrimos a ella con el objetivo de avanzar como sociedad superando retos de la misma forma que lo hicieron nuestros antepasados. Y precisamente ahora, ese desafío no es otro que la sostenibilidad: ante un contexto climático como el que estamos viviendo, las ciencias básicas son una importante contribución para afrontar desafíos cruciales como el acceso universal a los alimentos, los recursos energéticos, la cobertura sanitaria o el clima extremo.

Este 10 de noviembre, Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, las Naciones Unidas quieren aprovechar la fecha para destacar que 2022 es el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible, subrayando la importante aportación que la ciencia hace a la lucha por un desarrollo sostenible. Y es que estas sirven de herramientas esenciales para garantizar el conocimiento, el diálogo internacional y, por tanto, la paz. A continuación, te contamos cómo contribuye cada una de ellas.

La ciencia con la sostenibilidad

La química

La ciencia de la vida: todos los procesos de la naturaleza tienen detrás la química. Desde los fenómenos meteorológicos hasta la fotosíntesis de los árboles; incluso dentro de nuestro propio cuerpo: nuestras células son capaces de tomar oxígeno y transformarlo en CO2 gracias a una simple reacción, así como también digerimos alimentos y regulamos nuestra temperatura gracias a ella. Pero, además, la química permite que existan los procesos que se dan en las células fotovoltaicas para producir energía con la luz del sol y los motores híbridos de gas y electricidad en autobuses y coches, además de servir para desarrollar soluciones sostenibles como la absorción de dióxido de carbono o la creación del reciente hidrógeno verde, una alternativa para reducir las emisiones. Por si fuera poco, permite investigar para crear un sinfín de productos –detergentes, cosmética, alimentación– más sostenibles, así como diseñar técnicas para obtener materiales reciclados.

Gracias a la ciencia y a la investigación hoy conocemos la naturaleza mejor que nunca

La física

Es la fiel compañera de la química. Una no podría existir sin la otra. Y en el caso que nos concierne, esta ciencia básica es también fundamental para estudiar las propiedades de la materia y buscar nuevas fuentes de energía más limpias. Por ejemplo, la producción y el almacenamiento de energías que provienen del sol o de la fuerza del agua dependen de los avances en física, al igual que medir y diseñar tecnología para reducir la contaminación. Esta, además, también permite entender los procesos climáticos del planeta y los fenómenos naturales como las inundaciones o los tornados, ayudando a diseñar medidas más efectivas para protegernos de ellos.

Las matemáticas

En matemáticas no hay grises: o es todo negro, o blanco. De esta ciencia básica ramifican todas las demás, pues se encuentran prácticamente en todo lo que nos rodea, dándole su forma y apariencia. Si la naturaleza nos parece tan perfecta es gracias a ellas. Nos han permitido secuenciar el ADN y orientar la medicina hacia tratamientos más individualizados, desarrollar inteligencia artificial y crear internet. En cuanto a la sostenibilidad, esta ciencia encaja en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): por ejemplo, contribuye en el cálculo para poner fin a la pobreza (ODS1), permite desarrollar nuevas tecnologías capaces de garantizar la salud y bienestar (ODS3), ayuda a la arquitectura a construir ciudades y comunidades más sostenibles (ODS11) y es el ingrediente básico para facilitar los procesos de saneamiento que garanticen agua limpia a todas las naciones. De hecho, una de sus ramas, la estadística, es una gran aliada para predecir todo lo bueno y lo malo que puede ocurrir según decidamos tratar al planeta.

Las ciencias básicas son una importante contribución para afrontar los desafíos medioambientales

La biología

Es la ciencia capaz de decirnos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Nos permite entender todos los procesos orgánicos y no orgánicos, así como la forma en que los seres vivos se alimentan e interaccionan, ayudándonos a construir sociedades prósperas: según el Banco Mundial, más de la mitad del PIB mundial depende directamente de la naturaleza y la biodiversidad. Gracias a la biología sabemos de la existencia de los ecosistemas y de su rol en la regulación del clima de la Tierra, los tipos de suelo y su relevancia para nuestro desarrollo, el papel de la biodiversidad en la salud del planeta y todo lo que los recursos naturales pueden aportarnos. Ahora, a través de la biomímesis (el proceso de observar, entender y aplicar soluciones procedentes de la naturaleza a los problemas humanos), estamos aprovechando lo que conocemos para evolucionar hacia una sociedad más sostenible. ¿Sabías que los girasoles inspiraron a una planta solar andaluza para diseñar una distribución circular inspirada en ellos que no solo ocupa menos espacio, sino que además aprovecha al máximo cada segundo de luz?

La ecología

Podría parecer una de las ciencias básicas más recientes debido a su relevancia en la actualidad, pero lo cierto es que fue la bióloga marina Rachel Carson quien popularizó la conciencia ecológica en 1962, cuando denunció el uso desmedido de pesticidas en una investigación que demostró la grave situación de emergencia no solo para la salud humana, pero también para la flora y la fauna. A día de hoy, la ecología es la nave nodriza de la lucha contra la crisis ambiental y guía cada uno de los pasos que damos para ser más respetuosos con el medio ambiente. Eso sí: no podría existir sin todas las demás ciencias básicas, ya que bebe de la biología, la química, las matemáticas y la física. No es casualidad: todas son fundamentales a la hora de salvar el planeta.

La Ciencia reivindica así su papel en el conocimiento y el cuidado del planeta, también en el ámbito escolar. La Ley de Educación LOMLOE integra el enfoque educativo STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics) en el planteamiento del nuevo currículo basado en competencias. El objetivo es acercar al alumnado la comprensión del mundo a través del método científico, el pensamiento y la representación matemática, la tecnología, así como los métodos de ingeniería. Se trata además de transformar el entorno de forma comprometida, responsable y sostenible. El reto que todos perseguimos.

Texto: Cristina Suárez