Última hora ambiental

Las aves son un excelente indicador de los cambios en cualquier ecosistema

cambios en cualquier ecosistema

No se puede imaginar una ciudad (o un mundo) sin aves. No es una exageración: tal como relata Federico García, responsable del área social de la Sociedad Española de Ornitología (SEO)/BirdLife, “ellas son uno de los mejores indicadores del estado de los ecosistemas y de las ciudades”.

El 8 de octubre se celebró el Día Mundial de las Aves Migratorias, una iniciativa global que pretende dar a conocer al mundo las amenazas a las que se enfrentan las diferentes especies de aves migratorias, así como destacar su importancia ecológica y la necesidad de cooperación internacional para conservarlas. Enfocarse en el estudio y conservación de las aves y sus hábitats es el objetivo de SEO/BirdLife. Hablamos con Federico García, el responsable del área social de la entidad.

El experto charla con Naturaliza sobre la importancia del voluntariado en el cuidado de las distintas especies de aves en España y en el mundo, además de los problemas que sufren debido al cambio climático. Y nos regala una curiosa anécdota: la palabra “averno”, sinónimo del infierno, significa “lugar en el que no existen las aves”. Y está de acuerdo: para él, un lugar privado del canto de los pájaros equivaldría a uno en el que la vida para la humanidad fuese imposible.

Última hora ambiental. ¿Cuál es la importancia del voluntariado en la preservación de los ecosistemas en España?

Federico García. En el caso de SEO, el voluntariado es importantísimo, porque nuestras acciones dan a conocer el estado de las aves. Y eso lo hacemos vía distintos programas, en los que identificamos y prevenimos problemas como envenenamientos, electrocuciones y atropellos.

Es cierto que la gestión de los espacios naturales está a cargo de las administraciones estatales y autonómicas, pues son ellas quienes dan los recursos, pero entendemos que en el ámbito social las aves son patrimonio de todos. Por eso trabajamos activamente con el voluntariado. Esta es una pieza fundamental para la solución de muchos problemas, sin quitarle peso a las administraciones competentes, evidentemente.

“Imaginar un lugar sin aves es hacerlo sobre un lugar inhóspito”

UHA. A grandes rasgos, ¿cuáles son los efectos adversos del cambio climático en las aves españolas?

FG. Hace poco, BirdLife publicó un estudio en el que mostraba que casi la mitad de las aves del mundo perderían una importante cantidad de población si se cumpliera la hipótesis de un aumento del clima global en 2ºC. En ese trabajo, que plantea un escenario muy complejo, las aves no se extinguen por completo, pero muchas especies sí que disminuirían de manera significativa su población.

Y la Península Ibérica no sería ajena a ese fenómeno: ahora mismo muchas especies africanas ya están criando aquí. Lo que sí podemos prever es que habrá un movimiento de aves y que muchas especies africanas seguirán llegando a la Península Ibérica. Las del bosque atlántico quizá migren o desaparezcan de sus zonas naturales: somos uno de los países europeos con mayores problemas de desertificación, lo que tendrá como consecuencia, por ejemplo, la desaparición de distintos humedales. Obviamente, esto repercutirá en las migraciones y en los cambios de poblaciones de distintas aves.

UHA.¿Cuál es la importancia de llevar la información sobre las aves y sus cuidados a las aulas?

FG. La ventaja que tienen las aves es que son una fauna muy agradecida, porque se dejan ver bien. Cualquiera que se asome a una ventana verá distintos tipos de aves, lo que no pasa con los insectos o los reptiles.

Aves las hay en cualquier tipo de ecosistema, y eso las convierte en excelentes indicadores de los cambios. También son elementos de motivación para los alumnos, ya que les ayudan a entender ciertos problemas ambientales, además de las maneras que existen para trabajar con ellas y el origen de sus problemas.

Son un importante elemento introductor a distintos fenómenos que sufren los ecosistemas. Un ejemplo de ello es el efecto del cambio climático en las golondrinas, que llegan cada vez más temprano y se van cada vez más tarde. Las aves, de hecho, constituyen también un indicador de los problemas agrícolas, ya que se trabaja con ellas para identificar problemas en el campo.

“Las aves son un importante elemento introductor a distintos fenómenos que sufren los ecosistemas”

UHA. ¿Cómo imagina Federico García una ciudad sin aves?

FG. Sinceramente, no me lo imagino. Las aves es uno de los grupos faunísticos que se encuentran en cualquier ecosistema. Me enteré hace poco de que la palabra “averno”, sinónimo del infierno, significa “lugar en el que no hay aves”. Imaginar un lugar sin aves es hacerlo sobre un lugar inhóspito. Eso sería como imaginar un lugar en el que la vida fuese imposible: las aves están en el Polo Norte, en el Polo Sur, en la alta montaña, en el desierto. Hablar de un lugar sin aves sería hablar del apocalipsis.

UHA. Más allá del voluntariado, ¿cómo puede la ciudadanía formar parte activa del cuidado constante de las aves en los núcleos urbanos en los que se encuentran más amenazadas?

FG. Eso dependería mucho del núcleo urbano y de las aves, pero claro que hay maneras de actuar. Durante la época de más calor se les puede poner bebederos y puntos de agua. Tampoco hace falta poner una fuente: simplemente un plato de alguna maceta con agua puede ser una acción de mucha ayuda. Hacer eso todos los días es algo importante, y significa un gesto interesante. Cabe mencionar que las ciudades, sobre todo durante el verano, son bombas de calor. En los meses de invierno, lo que se puede hacer es poner algún punto con semillas de calidad. Eso ayudaría a varias especies. En el caso de tener un pequeño jardín, quizá se podría habilitar algún punto de cría, por ejemplo. Otro caso es el de la identificación de cristaleras que pudieran ser problemáticas para las aves. Muchas de ellas reflejan los árboles, y los pájaros no distinguen cuál es el real y cuál es el reflejo, algo que causa muchas colisiones.

Un mundo sin aves sería un lugar inhabitable para el ser humano, un lugar en el que reinaría el silencio. Su pérdida implica un empobrecimiento de la biodiversidad, así como amenazas para la salud y el bienestar humanos. Protejamos las aves para que su canto nunca deje de oírse.

Texto: Mauricio Hernández