La pérdida de biodiversidad
El deterioro de los hábitats es la principal causa de la pérdida de flora y fauna en el planeta. Según un estudio publicado por la revista Science, uno de los más amplios realizados hasta la fecha, la abundancia de animales y plantas en el globo se ha desplomado hasta alrededor de un 85% de su valor original. Una cifra que, además, no incluye los daños provocados por los devastadores incendios forestales que han asolado numerosos países –incluido España– este verano. Por si fuera poco, las olas de calor han incrementado también las temperaturas de los océanos, desplazando a numerosas especies, por lo que se vuelve más urgente que nunca concienciar sobre la importancia de proteger el entorno que nos rodea.
La recuperación de espacios naturales
Como ya sabemos, el fuego no ha dado tregua en los últimos meses: las llamas han conseguido acabar con más de 275.000 hectáreas en nuestro país, dejando imágenes tan duras como las del incendio de la Sierra de la Culebra (Zamora). Se trata de un área muy extensa de espacios naturales dañados, y es fácil entender que su recuperación resulta clave para el futuro si tenemos en cuenta este dato: de promedio, tan solo en un encinar español, un único árbol libera una media de 42 kilos de oxígeno al año. Pero, además, los espacios naturales también nos aportan recursos para alimentarnos, constituyendo el hogar de toda esa biodiversidad que mantiene los ecosistemas en forma y que nos protege de las enfermedades. Aprender a cuidarlos (y recuperarlos) es cuidarnos.
La utilización racional del agua
Saber aprovechar cada recurso que nos brinda el planeta forma parte de las acciones que debemos llevar a cabo para minimizar nuestro impacto sobre él. Sobre todo si hablamos de uno tan fundamental para la vida como el agua. Ahora mismo, debido a la influencia del cambio climático y de las altas temperaturas, Europa vive la peor sequía en 500 años, lo que implica prestar una mayor atención al despilfarro de agua en todos los ámbitos. Garantizar el futuro de este recurso pasa por conocer el volumen real del agua que consumimos a diario y nuestra huella hídrica, organizando actividades en clase que lleven a hábitos más respetuosos.
El exceso de residuos
De la mano de un modelo económico que nos ha llevado a consumir más de lo que necesitamos va la producción excesiva de residuos. Cada año se recogen en el mundo una cantidad estimada de 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos, mientras que la desintegración de la proporción orgánica de estos residuos sólidos contribuye aproximadamente al 5 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Es importante que la sociedad se conciencie de la importancia de la acción individual, adentrando a los más pequeños en la economía circular, en un consumo mucho más responsable y en el reciclaje.