Estamos en junio de 2022, al final del calendario escolar de este año, para hacer balance de este curso. A pesar de que todavía hemos sido testigos de alguna mascarilla sobre la mesa y cierta preocupación por la ventilación en las aulas, no cabe duda de que este año educativo no ha tenido nada que ver con el de 2020: los niños y las niñas han podido disfrutar, de nuevo, del aprendizaje en compañía con el resto de sus compañeros y compañeras, algo fundamental para favorecer las interacciones sociales, tan necesarias para el desarrollo del alumnado, el intercambio de ideas y alimentar el conocimiento.
La educación ambiental ha tenido un asiento privilegiado este curso: los docentes han hecho un admirable esfuerzo para acercar a su alumnado a la transición ecológica a través de cientos de actividades para ayudarles a entender por qué necesitamos proteger nuestro planeta a toda costa.
Desde Naturaliza hemos estado a su lado apostando por la educación como motor para la protección del medioambiente, formando al profesorado para que incorporen una mirada ambiental al currículo escolar empleando pedagogías activas. 452 docentes y 20.225 alumnos y alumnas de 272 centros escolares se han unido a Naturaliza este curso escolar, formando parte de una comunidad de 1.846 docentes y 81.536 alumnos y alumnas que llevan el aprendizaje ambiental activo al día a día de sus clases tanto dentro como fuera del aula.
Este esfuerzo conjunto es hoy más necesario que nunca: a pesar de la emergencia climática y de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sitúan en la educación el mejor espacio para concienciar sobre este problema, el 45% de los planes educativos y los marcos curriculares analizados hacen poca o ninguna referencia a temas medioambientales, según un informe de la UNESCO. Una realidad que, al menos durante el próximo curso en España, podría cambiar.