Hay un lugar en el mundo donde (sobre)viven los animales al borde de la extinción. Algunos lo llaman el jardín de los animales rotos porque el Bioparque La Reserva, a una hora de Bogotá, tan solo está habitado por las especies silvestres a punto de desaparecer que un día fueron rescatadas del tráfico ilegal. No es el primero, pero tampoco será el último: muchos países dan cobijo en este tipo de ecosistemas artificiales, como mínimo, a una de las más de 40.000 especies catalogadas en la Lista Roja de Las Especies Amenazadas que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Desde guepardos y rinocerontes hasta escorpiones o corales, esta lista, toda una referencia en el mundo científico, se encarga de informar de cada ser vivo amenazado. Y todo gracias a una sola mujer: la ecologista Georgina Mace.
Nacida en Londres, Mace se dedicó durante 23 años de su vida profesional a estudiar la biodiversidad y biología de la conservación. Desde el primer día que asistió a su clase de zoología en la Universidad de Sussex tuvo claro su camino. Tal como declaró en una entrevista, «el ser humano depende de la biodiversidad para el alimento y el agua que nos nutre, para regular el clima y protegernos de todo tipo de riesgos». ¿Creéis que hoy hacemos lo suficiente para evitar la pérdida de la biodiversidad?