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El hidrógeno, ¿el combustible del futuro?

Hidrógeno

Entre las principales actuaciones para revertir el calentamiento global se encuentra el uso de energías renovables y la búsqueda de combustibles menos contaminantes. Uno de ellos, el hidrógeno verde, gana cada vez más peso en la descarbonización de la energía. Veamos en clase qué es y por qué se han puesto tantas esperanzas en él.

Se dice de Henry Cavendish (Francia, 1731) que fue un hombre que no disfrutaba haciendo públicos sus grandes descubrimientos como químico. Sin embargo, pasó a la historia de la ciencia como el responsable de uno de los mayores hallazgos: descubrió la composición del agua con sus dos moléculas de hidrógeno y otra de oxígeno. Además, cabe destacar que el hidrógeno es el elemento más abundante de nuestro planeta.

Si no hubiese sido por Cavendish no conoceríamos la existencia del hidrógeno, una partícula fundamental para la naturaleza y nuestra vida que, en las últimas décadas, se ha convertido además en una gran aliada de la transición energética como un combustible libre de contaminantes.

Más concretamente, nos referimos a éste como el combustible del futuro por ser una fuente de energía limpia. Pero ¿en qué consiste exactamente el hidrógeno verde? Debemos partir de lo más básico: el hidrógeno, a secas, es el elemento químico de la tabla periódica más abundante del planeta al encontrarse presente en el 75% de todo lo que nos rodea. Y nunca va solo: a veces acompaña al oxígeno, formando agua, y otras va de la mano del carbono, constituyendo compuestos orgánicos como las plantas, los animales o nosotros mismos.

El hidrógeno, a secas, es el elemento químico más abundante del planeta

Pero el que aquí nos interesa es el hidrógeno verde. La producción de hidrógeno se consigue a través de un proceso llamado electrólisis, consistente en utilizar una corriente eléctrica –producida por energía eólica o solar – para descomponer una molécula de agua en hidrógeno y oxígeno. Es importante distinguirlo del gris, que es el que se ha venido utilizando y se obtiene de gases como el metano y el gas natural, por lo que emite partículas contaminantes.

Una vez aislado el hidrógeno verde, si este se une de nuevo con el oxígeno del aire terminará por producir electricidad, liberando vapor de agua. De forma muy resumida, así es como funciona un motor de hidrógeno: este se almacena en una pila y, al entrar el oxígeno del exterior, reacciona llevando la electricidad al motor, dejando únicamente como residuo el vapor de agua. Ni un ápice de dióxido de carbono. ¿Pensáis que tiene posibilidades?

Este proceso hace del hidrógeno una energía renovable prometedora marcada por cuatro ventajas fundamentales:

●     Es 100% sostenible: utiliza recursos que no se agotan (es decir, el agua) y no emite gases contaminantes en ningún momento

●     Es fácil de adquirir: lo encontramos en todo lo que nos rodea

●     Es muy ligero: puede llevarse de un sitio a otro fácilmente

●     Tiene muchos usos: al transformarse en electricidad, puede servir de combustible a los coches, iluminar nuestras casas, generar calefacción…

Sin embargo, también tiene alguna que otra desventaja:

●     Todavía es muy caro de producir: aunque los precios de la energía solar y eólica tienden a ser cada vez más baratos, la electrólisis a partir de estas hace que aún cueste demasiado dinero como para hacerlo cotidiano

●     Mayor gasto de energía: su producción necesita mucha más energía que otros combustibles

●     Es relativamente peligroso: el hidrógeno es muy inflamable, por lo que necesita unos requisitos de seguridad importantes para evitar fugas y explosiones

En 2050, el hidrógeno verde podría llegar a cubrir hasta el 24% de la energía que consumimos

Ante esta fotografía, ¿cuál creéis que será el futuro del hidrógeno? Todavía está por ver pero, según la Asociación Internacional de la Energía, el consumo global de este combustible es de unos 75 millones de toneladas al año. Si todo sigue según lo esperado, los cálculos más recientes apuntan a que en el año 2050 el hidrógeno verde podría llegar a cubrir hasta el 24% de la energía que consumimos, lo que evitará a la atmósfera más de 560 millones de toneladas de CO2.

El mundo de la energía limpia tiene aún muchísimas posibilidades por descubrir. Cada vez más vamos a escuchar hablar del hidrógeno, por eso es importante que el alumnado sepa qué es y qué implicará en su futuro. Así además les motivamos a que descubran lo que la ciencia puede hacer por salvar el planeta; quién sabe si en estos pupitres se encuentra el próximo Henry Cavendish.

Y si quieres profundizar en las consecuencias ambientales del uso de combustibles fósiles y descubrir más fuentes de energía limpia junto a tu alumnado, te recomendamos que consultes la sesión doble de 50’ ¡3, 2, 1… combustión!

Texto: Cristina Suárez