Durante 96 días, todo el país contempló conmocionado las impresionantes imágenes que nos llegaban de la erupción del volcán “Cumbre Vieja” en la isla de La Palma. Carlos de Hita estuvo allí recogiendo registros sonoros de toda la actividad volcánica.
Como él mismo cuenta en su blog: «Llegué a La Palma de noche y lo primero que vi fue un cielo rojo, encendido con luces que venían de las tinieblas del centro de la tierra. En los siguientes días me alejé todo lo que pude de las zonas concurridas para acercarme desde el silencio al sonido del volcán, con micrófonos ultradireccionales y potentes teleobjetivos, para registrar los profundos suspiros, la respiración de un gigante incapaz de modular su voz. Ni siquiera un temporal en el mar, una tormenta en la alta montaña, transmite esa sensación de fuerza infinita».