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Paulo Freire: el pedagogo de la esperanza

Paolo Freire

El pedagogo y filósofo brasileño marcó el camino hacia un nuevo modelo de educación más igualitario donde el diálogo y la experiencia marcan el ritmo. Conmemoramos el centenario del nacimiento de este referente mundial repasando algunos momentos de su biografía y acercando su legado a través de la educación ambiental.

Paulo Freire: «Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción», decía Freire, de cuyo nacimiento hace este año un siglo. El pedagogo y filósofo consiguió transformar por completo el concepto de educación hasta nuestros días. Su legado es seguido hoy en día por muchos docentes y su defensa del pensamiento crítico tiene, de hecho, una enorme aplicación en educación ambiental. Tal como decía Freire, «la ecología tiene que estar presente en cualquier práctica educativa de carácter social, crítico y liberador».

Paulo Freire nació en 1921 en la ciudad de Recife, capital del estado de Pernambuco, al nordeste de Brasil. La Gran Depresión le hizo testigo directo del hambre y la pobreza. Esa brecha entre la sociedad más rica y aquella de escasos recursos llevó al pedagogo a interesarse por las deficiencias educativas de las poblaciones pobres de su región. Un enfoque que después conseguiría transmitir al resto del mundo.

«La ecología tiene que estar presente en cualquier práctica educativa»

«La educación verdadera es reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo», escribió Freire, quien tras estudiar Derecho y ser nombrado en 1946 director del Departamento de Educación de Pernambuco, decidió dedicar su carrera a enseñar a escribir y leer a las personas con menos recursos. En tan solo 45 días, Freire alfabetizó a más de 300 trabajadores de plantíos de caña de azúcar a través de una metodología centrada en la realidad de los alumnos y alumnas. Pues ¿de qué sirve explicarle a un estudiante cuánto es dos por dos si ni siquiera sabe de dónde viene cada número? Su enseñanza se centraba en el registro del contexto de las personas, así como del vocabulario utilizado en su medio cultural, y su inclusión como parte de la lección educativa.

Decidió dedicar su carrera a enseñar a escribir y leer a las personas con menos recursos

La metodología de Freire buscaba acabar con las desigualdades. Para el pedagogo, la educación estaba al servicio de los «poderosos», lo que dejaba el aprendizaje y el desarrollo de la visión crítica reservados a unos pocos. Por eso mismo, el brasileño creó a lo largo y ancho del país los llamados Círculos de Cultura, espacios donde ponía a prueba su ‘método de alfabetización’ y que le costaron su propia libertad. En 1964, tras un golpe de Estado militar en Brasil, Freire es declarado traidor y encarcelado durante 70 días, la Campaña Nacional de Alfabetización estaba despertando la conciencia crítica de una amplia parte de la población.

Tras un breve exilio en Bolivia, y una vez asentado en Chile, el pedagogo escribe los dos libros que hoy son los pilares de su metodología: La educación como práctica de la libertad y Pedagogía del oprimido. «Quiero que recibáis estos manuscritos de un libro que quizás no sirva, pero que encarna la profunda creencia que tengo en la humanidad», le dijo un día Freire a dos amigos, refiriéndose a esa segunda publicación que más tarde se convertiría en una de las obras de mayor influencia en los procesos democráticos de todo el mundo.

A ojos de Freire, la educación es libertad. Es la cultura colectiva frente a la individual

Una apuesta por la llamada ‘educación de la esperanza’, aquella que situaba al educador al mismo nivel que sus educandos, capaces de cuestionarse a sí mismos y, a la vez, respetar a los demás. A ojos de Freire, la educación es libertad; es la cultura colectiva frente a la individual. «Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo. La humanidad se educa entre sí porque nadie ignora todo, nadie lo sabe todo».

Freire dedicó su vida y obra a dar voz a los estudiantes, a intentar despertar en ellos la conciencia social, política y ecológica para que fueran conscientes de la importancia de sus acciones individuales y colectivas. Estas son algunas de las claves necesarias también en la Educación para el Desarrollo Sostenible y para el futuro de nuestro planeta y, por ello, es importante que el legado del pedagogo brasileño siga presente y nos sirva de inspiración. Una oportunidad para cambiar la forma de enseñar y de aprender. Una oportunidad para cambiar el mundo a través de la educación.

 

Texto: Cristina Suárez