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Comedores escolares saludables y sostenibles para alimentar el cambio

Comedores escolares sostenibles

Cada vez más comedores escolares y la comunidad educativa cambian hacia un modelo de consumo sostenible, hábitos saludables y de cercanía, que no solo cuida al planeta, también mejora la salud de los niños y niñas y es, en sí mismo, un proyecto educativo.

Joaquín Marzá, director del Colegio Público Manuel Riquelme de Hurchillo, en Orihuela, Alicante, tiene claro que el comedor es «la parte más importante del colegio. No se trata solo de lo que comen los niños y las niñas, también del tiempo antes y después de comer y de que sea como en casa. Nada de bandeja, plato en mesa. Todo con fruta y verdura de temporada y de cercanía, que venga de la propia Comunidad Valenciana». Por eso la importancia de pensar en los comedores escolares sostenibles

En 2019, el centro educativo Manuel Riquelme recibió el  Premio Naos a la promoción de una alimentación sostenible y saludable en el ámbito escolar. Fue el reconocimiento a 14 años de trabajo en el ámbito del comedor escolar y 30 del colegio como referente en la educación ambiental, algo que se nota, por ejemplo, en que tenga más de 200 alumnos y alumnas en una pedanía de poco menos de 800 habitantes: su propuesta alimentaria consigue que se matriculen familias de localidades vecinas.

En 2019, el centro educativo Manuel Riquelme recibió el Premio Naos a la promoción de una alimentación saludable en el ámbito escolar

Marzá presume de que en lo que se educa es en un modelo de vida: se asesora a madres y padres para cambiar de hábitos en casa; se ha reducido a cero el plástico o la bollería; a través del huerto escolar se educa en los ciclos de la agricultura y se pone en valor el trabajo y el respeto por la procedencia de los alimentos… «Nuestro proyecto es como un caracol», explica el docente, «camina lento, pero va dejando rastro».

El paso del colegio de Hurchillo lo están dando ya decenas de comedores en toda España, por una mezcla de conciencia ecológica, criterios de sostenibilidad, educación nutricional y cuidado de la salud de sus alumnos y alumnas. Organizaciones como la Fundación FUHEM en sus centros educativos, centros escolares como el mencionado Manuel Riquelme o el CEIP Gómez Moreno de Granada -conocido por ganar alumnado en un barrio que pierde población y envejece como el Albaicín gracias a su comedor- son algunos ejemplos. Además de contribuir a reducir la huella de carbono con alimentos de cercanía, se promueve el desarrollo local y condiciones justas para los agricultores. Y se reduce la obesidad infantil al  mejorar su alimentación.

En la Comunidad Valenciana también se desarrolla desde 2016 el proyecto La Sostenibilitat al Plat, del Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI).  Para enero de 2022 ya habrán participado más de 20 centros educativos que reciben asesoramiento para realizar un proceso de transición hacia un modelo de comedor sostenible y hábitos alimentarios sanos. Nerea Álvarez y Sarai Fariñas, organizadoras del mismo, explican que un comedor sostenible se define por servir «alimentos de temporada, agroecológicos y frescos, siempre que se pueda», algo que parece evidente pero que está bien recordar.

Además de contribuir a reducir la huella de carbono con alimentos de cercanía, se promueve el desarrollo local y condiciones justas para los agricultores

Tras cinco años de recorrido y, a punto de iniciar la Fase VI del proyecto, desde CERAI señalan que muchos colegios que quieren incorporarse se encuentran dificultades como la ausencia de cocinas en centros de construcción reciente, que obliga a que sean atendidos por servicios de catering -lo cual dificulta bastante que se trate de alimentos locales y de calidad-. Las expertas de CERAI creen que también perjudica que el criterio de la Administración siga siendo el económico: se concede la gestión de los comedores a la empresa «más barata», no a la que cumple mejor los objetivos de sostenibilidad.

Más allá de estas consideraciones, desde La Sostenibilitat al Plat también trabajan en incorporar «centros que hayan disfrutado de otro de nuestros proyectos relacionado con el huerto escolar -Una Llavor a l’Escola-, que es una forma de dar continuidad a todo el trabajo de sensibilización realizado en torno a la agroecología, el ecofeminismo y el huerto como herramienta educativa».

Un comedor sostenible se define por servir «alimentos de temporada, agroecológicos y frescos, siempre que se pueda»

Es decir, como en el caso del centro educativo Manuel Riquelme, pero a mayor escala, procurar que la etiqueta de comedor sostenible no se quede en una declaración de intenciones, sino que se convierta en un enfoque para toda la actividad del centro. Llevar una alimentación saludable y sostenible en los colegios y alimentarse mejor aprendiendo lo que cuesta, lo que significa y respetando lo que se come porque la educación no está solo dentro del aula, sino que también es fundamental en los comedores escolares sostenibles.

Desde Naturaliza también apostamos por la implementación de sistemas alimentarios sostenibles en los colegios, una alimentación que cuide nuestra salud y la del Planeta. En el proyecto trimestral  ‘Cómo vivimos y cuidamos el planeta’ diseñado para 3º de primaria, nuestro personaje Chef Ananás guía al alumnado para que analicen las consecuencias ambientales de nuestro consumo y desperdicio de alimentos y  diseñen un menú saludable que reduzca la huella de carbono en los colegios.

Texto: José Cano