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Aprendamos a ser de este planeta

naturaliza

Cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, pero un día no es suficiente. Por eso este año viene acompañado de la I Semana Redonda de la Educación Ambiental, nuestra nueva iniciativa para poner el planeta en el centro de la educación.

La educación es un pasaporte al mundo de las humanidades, de las ciencias, del arte, de la tecnología… o de cualquier otro que podamos imaginar. Sin embargo, solo podemos acceder a ellos desde un lugar: la Tierra. Por eso, Naturaliza, el programa de educación ambiental de Ecoembes, apuesta por aprender a ser de este planeta. Y eso es, precisamente, lo que se intenta promover cada 26 de enero desde hace (casi) 46 años, cuando en la Carta de Belgrado se plasmó lo que serían las líneas de acción de la educación ambiental:

«Formar una población mundial consciente y preocupada con el medioambiente».

Así nacía el Día Mundial de la Educación Ambiental, una efeméride que, hoy, destaca la labor de todos esos educadores y educadoras ambientales, referentes y guías en la construcción de una sociedad más justa y concienciada. Una labor que transciende a las escuelas, donde docentes y toda la comunidad educativa en su conjunto trabajan para que las generaciones más jóvenes –y, por ende, sus familias– se preocupen por el presente y futuro del mundo en el que vivimos.

Pero un día no es suficiente para rendir homenaje a todos aquellos que dedican su vida a educar en valores ambientales. Para demostrar el poder de esa educación, Naturaliza ha decidido empezar esta nueva década con lo que será una nueva tradición: la Semana Redonda de la Educación Ambiental: poniendo el planeta en el centro de la educación. De esta manera, dedicamos cinco jornadas a esos docentes que han asumido el reto de educar en el cuidado y protección de la naturaleza en esta era de incertidumbre en la que vivimos.

Esta semana, que quiere repetirse año tras año, sirve para sensibilizar a los centros educativos y a su comunidad sobre esas pequeñas cosas que podemos cambiar en nuestro día a día para ser más sostenibles. Porque los grandes cambios empiezan con pequeños gestos, Naturaliza anima al profesorado a enfocar sus clases desde un punto de vista ambiental y emprender acciones –tantas como cada cual pueda asumir– que se pueden llevar a cabo en esta semana dedicada a la educación ambiental y al medioambiente.

«Debemos formar una población mundial consciente y preocupada con el medioambiente» Carta de Belgrado, 1975

Ciudadanos responsables para un planeta sano

El objetivo de la I Semana Redonda de la Educación Ambiental radica en que cada clase tenga una meta clara: trabajar en equipo para entender el ecosistema humano y natural de su barrio o pueblo. Todo culminará con un vídeo de un minuto que recogerá todo lo aprendido y el mensaje de los más pequeños para proteger el planeta. Estas son las acciones que proponemos que se realicen con los alumnos durante esta semana. Eso sí, como ya hemos dicho, lo importante no es la cantidad de acciones que se desarrollen, sino que se hagan pensando en el planeta.

Un lunes de debate por el cambio

La semana empieza con un pequeño debate en clase centrado en qué debemos hacer para generar un impacto positivo en nuestro entorno. Una discusión que genere reflexiones e ideas para inspirar tanto a los maestros como a los estudiantes.

Los educadores y educadoras ambientales son referentes y guías en la construcción de una sociedad más justa y concienciada

Un martes de acción en verso

A través de la actividad Verbos que impactan podemos crear, con nuestra clase, eslóganes por el planeta. Una acción que une el lenguaje y la creatividad, puestos al servicio del cuidado de la naturaleza. Además, puede plasmarse en cartulinas, chapas o carteles hechos con materiales reciclados y servir de inspiración. Actuando en verso, por tanto, quiere reivindicar desde la escuela ese espíritu de la educación ambiental que vive en los educadores.

Un miércoles con los pies en el planeta

Salgamos a la calle, vayamos al parque, al patio o al huerto escolar, respiremos aire libre. Qué mejor manera de inculcar ese amor por la naturaleza y nuestro entorno que observar, tocar, oler y escuchar todo lo que nos rodea. Esta actividad en el exterior se basa en conocer el entorno, en promover un aprendizaje experiencial y analizar cómo podemos mejorar nuestro pueblo o barrio.

Un jueves para calcular un entorno mejor

¿Quién ha dicho que las mates y el medioambiente están reñidos? Una manera perfecta de conocer la naturaleza es recurrir a las matemáticas y, además, gracias a la actividad Midiendo el bienestar podrás poner en números las conclusiones de la salida del día anterior.

Dedicamos cinco jornadas a esos docentes que han asumido el reto de educar en el cuidado y protección de la naturaleza en esta era de la incertidumbre

Un viernes para guardar nuestro minuto por el planeta

Capturamos las conclusiones, en un minuto de vídeo, de esta I Semana Redonda de la Educación Ambiental. De esta manera podremos demostrarle a las familias y a la comunidad que sí ponemos el planeta en el centro de la educación. La manera más visual de cerrar el círculo de una Semana Redonda cuya huella se extenderá a lo largo del curso.

La educación ambiental es una tarea colectiva, porque los educadores ambientales y los maestros no pueden hacer que el mundo siga girando solos. Necesitan la colaboración de todos los actores sociales que consiguen, con su trabajo diario, que la educación ambiental funcione y llegue a todos. La labor de las instituciones, las oenegés y organizaciones de todo tipo o los comunicadores ambientales son piezas clave en ese rompecabezas que debemos resolver para aprender a ser de este planeta. Porque la educación ambiental no puede limitarse a un día concreto. Tenemos que inundar los 365 días del año con acciones que nos ayuden a cuidar y proteger la naturaleza. Solo así podremos seguir creando nuestros propios mundos.

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