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Día de la sobrecapacidad de la tierra: ¿Cuántos planetas necesitas para vivir un año?

Día de la sobrecapacidad de la tierra

El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra marca ese momento en el que el ser humano ha consumido todos los recursos naturales de los que disponía para todo el año, sin que el planeta pueda regenerarse. Cada año la fecha cambia. Cada país alcanza su sobrecapacidad un día o mes diferente. Hoy, ha sido el turno de España.

Hoy alcanzamos nuestro Día de la Sobrecapacidad de la Tierra (Earth Overshoot Day). El planeta lanza así un mensaje desesperado que nos recuerda que hemos sobrepasado el límite de los recursos naturales de los que disponíamos para 2020. Ese es el objetivo de esta fecha señalada que cada año baila de una semana a otra, de un mes a otro. Este 27 de mayo ha tocado que la naturaleza diga basta: ya no es capaz de regenerarse por si sola. A partir de hoy, todos los recursos que consumamos se sumarán al déficit en la cuenta de resultados del planeta.

Día de la sobrecapacidad de la tierra

Es lógico preguntarse cómo hemos llegado a fijar esa fecha tan precisa. Bueno, no es que haya un contador de los recursos naturales nacionales instalado en la cumbre del monte Aneto o en la desembocadura del Ebro, como el que tenemos debajo del fregadero para medir los consumos domésticos del agua o del gas. La estimación de ese día en el que la Tierra alcanza la sobrecapacidad es una proyección teórica que se realiza a partir de dos tipos de indicadores. Por un lado, la biocapacidad o la capacidad que tienen los ecosistemas para renovarse por sí mismos. Por otro, la huella ecológica, que mide la superficie de terrenos y mares biológicamente productivos necesaria para producir todos los recursos que consume una población y absorber sus residuos.

Necesitamos 1,7 planetas para satisfacer nuestra demanda de recursos naturales anuales

Qué es Global Footprint Network

Global Footprint Network es la organización internacional sin ánimo de lucro que está detrás de este peculiar calendario que, sin duda, debería formar parte de nuestro día a día. Esta oenegé nació en 2003 con el objetivo de investigar y medir el modo en que el mundo administra sus recursos naturales y responde al cambio climático. Pero, además de un elocuente indicador de esa gestión, el Earth Overshoot Day es también una ingeniosa campaña de concienciación social y una llamada a la acción inmediata. Una forma gráfica de hacer sonar las alarmas sobre el trato que dispensamos a nuestro planeta. Y no solo pensando en un futuro lejano y difuso, sino en el rabioso presente: ni 2030 ni de 2050… ¡hablamos del aquí y ahora!

Como buenos comunicadores, los responsables de este estudio traducen su discurso sobre los recursos naturales al único idioma que entienden muchos de los que al final tienen que gestionarlos: el económico. «Si todo el mundo viviera como un ciudadano medio de la UE, habríamos gastado el presupuesto anual de la naturaleza el 10 de mayo y necesitaríamos 2,8 planetas», escribía Ester Asin, directora de la Oficina de Política Europea de WWF y una de las responsables de la iniciativa, en el texto de presentación del informe del año pasado.
Siguiendo esa analogía, el presupuesto natural de España para 2020 se estaría agotando ahora mismo, mientras lees estas líneas. Harían falta 1,7 planetas para satisfacer nuestra voraz demanda de recursos naturales para el total del año. Incluso los más pequeños saben –sin necesidad de mucha explicación– algo tan básico como que no disponemos de ese 0,7 planeta extra. Tampoco podemos pedírselo a un banco. Así que la respuesta de la sociedad de consumo a esta diatriba tampoco nos sirve: nuestras posibilidades financieras, traducidas en recursos naturales autorregenerables, no existen. Las compras planetarias se pagan siempre al contado, y todo lo que sea exceder los límites establecidos es a costa de dejar la cuenta corriente de la naturaleza en números rojos.

¿Tenemos plan de acción?

Los países de las sociedades avanzadas tienen su Earth Overshoot Day cada vez más temprano. ¿Qué podemos hacer profesores, estudiantes y ciudadanos, es decir la población mundial en general para quitarnos de encima esa merecida fama de derrochadores de recursos naturales? En realidad, tenemos muchas vías a nuestro alcance para intentar que esa sombría fecha se retrase lo más posible en el calendario.

Desde nuestras aulas, por ejemplo, los educadores ambientales, debemos incidir en la educación ambiental, podemos trasladar a nuestros alumnos esa urgencia por solucionar el futuro desde el presente. La más pequeña acción en pro de la sostenibilidad de nuestro planeta tiene consecuencias positivas. Por tanto, es imprescindible (intentar) reducir nuestra huella de carbono propia, dentro y fuera de clase. Ese mensaje es clave para que los más pequeños interioricen la necesidad de cuidar del hogar de todos, el único que tenemos.

En casa, los pequeños gestos también son fundamentales para concederle un respiro al planeta. Cosas como apostar por la sostenibilidad y poner en práctica el consumo responsable. Así de fácil. Disponemos de la tecnología necesaria y un océano de información a nuestro alcance para hacer esas elecciones sin demasiado esfuerzo.

Sin embargo, también convendría cambiar la conexión de algunos cables en nuestra propia programación como seres humanos. Actuar más como colaboradores y menos como depredadores. O pensar en nuestro planeta en clave de una cooperativa de la cual formamos parte en lugar de un gigantesco outlet en permanente periodo de rebajas. Esa diferencia entre saquear y administrar se puede traducir en días sin rebasar los límites del astro en el que vivimos. Con un poco de esfuerzo, entre todos, ojalá alarguemos la fecha del calendario de nuestro próximo Día de la Sobrecapacidad de la Tierra.

Texto: Ramón Oliver