Ya han pasado cuatro años desde que los líderes mundiales acordaron una serie de metas a fin de mejorar y proteger las condiciones de vida de nuestro planeta, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un contrato social global. Estos objetivos son responsabilidad de todos: de los gobiernos, de las empresas, de las instituciones públicas y de todos los ciudadanos. Los ODS marcan un conjunto de retos a cumplir de cara a 2030. En total hay 17 objetivos que tocan áreas específicas, y entre las que se encuentra la educación: ODS 4 un sistema educativo de calidad, garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad.
Enmarcado en este objetivo, encontramos que el 4.7 marca una clara hoja de ruta: “garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible y un sistema educativo de calidad”. La educación ambiental se convierte, en una herramienta fundamental y obligatoria para alcanzar el resto de objetivos, se convierte en un motor de los ODS.